CONCLUSIONES Y BIBLIOGRAFÍA.
La época Anáhuac o Mesoamérica
comprende 12 gobernantes Mexicas o Aztecas y tiene una duración del año 1325 al
1521 (196 años), la época colonial o
Nueva España comprende 63 virreyes con una duración del año 1521 al 1821 (300
años) y finalmente la época independiente que comprende 65 presidentes y 2
emperadores con una duración del año 1821
al 2024 (203 años ).
Como podemos ver, nuestro
país con una edad de 203 años ha tenido 67 gobernantes a diferencia de nuestros
vecinos, los Estados Unidos, que en 241 años de vida independiente (de 1783 a
2024) aparecen 47 gobernantes. Esas
diferencias un tanto incongruentes respecto de las cantidades tanto de años de
independencia con la cantidad de gobernantes de uno y otro país, es el
resultado de dos países exponentes de dos sistemas de colonización muy
diferentes. Los Estados Unidos son el
producto de un sistema de colonización que bien podemos llamar “capitalista
mercantil o premanufacturero”, frente al sistema feudal que caracterizó la
colonización española de los actuales países latinoamericanos.
Los fundadores de Virginia,
de Maryland, de Pensilvania y Nueva Inglaterra típicamente representativos de
los pobladores de todo el territorio que ocupa en la actualidad la nación
angloamericana, cultivaron el suelo e hicieron el comercio sobre la base de su
propio esfuerzo personal, y limitaron los confines de la soberanía de la
metrópoli y del Estado independiente que sucedió a aquella, sobre el territorio
donde efectivamente ejercían su acción económica y que, por lo mismo,
intervenían de modo efectivo.
Los colonizadores
españoles, por el contrario--- encomenderos, hacendados y empresarios de minas
y propietarios de ingenio--- establecieron las bases económicas de las actuales
naciones iberoamericanas sobre la explotación de la mano de obra indígena y
negro-africana, en empresas genuinamente feudales. Y en este caso la soberanía de la potencia
colonizadora, a la que arrancaron su autoridad los Estados independientes que
nacieron de aquella, abarcaba, en el caso de México, grandes extensiones
territoriales sobre la que la soberanía era poco más que un título de valor
nominal no respaldado por la acción de una obra colonizadora auténtica.
Las consecuencias de
ambos sistemas de colonización cristalizaron en dos tipos de nacionalidad de
fisionomía y poderío bien definidamente distintos. Porque en tanto que la nación angloamericana
gobernó efectivamente su territorio desde el momento mismo de su independencia,
los países de América Latina, principalmente México, heredaron de la metrópoli
dilatadas extensiones territoriales que fueron del dominio teórico de aquella,
pero que nunca fueron efectivamente poseídos, ni siquiera deslindados por la misma.
Y sin duda que la
estructura económica que heredaron de España
los países de América que ella colonizó, debe ser definida como la causa
inmediata de las dificultades de todo orden--- económicas, políticas y sociales
---, que todos ellos, sin excepción, han encontrado en el curso de su
desarrollo, en la misma medida que la prodigiosa velocidad del desarrollo del
capitalismo angloamericano, ha sido posible, sin duda, gracias a la ausencia
inicial en el proceso de su
colonización, de retardataria fuerza de tipo feudal.
Así definidos los
supuestos genéricos que caracterizan el poderío de México y de angloamérica
(Estados Unidos) hacia la mitad del siglo XIX (1847), el choque que tuvo su
expresión en la guerra motivada por la anexión de Texas, estuvo determinado, en
cuanto se refiere a los Estados Unidos, por la dinámica del proceso expansionista
de la nacionalidad angloamericana, entonces en el clímax de su propia
integración económica. En lo que a México se refiere, los factores que hicieron posible la victoria de los Estados
Unidos en aquella guerra pueden resumirse en su propia debilidad económica, ya
apuntada, de una parte, y de otra, la imprecisión de los límites de lo que
fuera el virreinato de la Nueva España.
Ahora bien, el objetivo de este bosquejo es analizar a
grandes rasgos todos y cada uno de los gobernantes que ha tenido México
tratando de cubrir lo más importante de sus actuaciones en el ejercicio de sus
mandatos, como lugar y fecha de su nacimiento y las actividades de su vida
pública hasta llegar a ocupar el cargo de Presidente de la República y la forma
y circunstancias que se combinaron para tal logro.
No contiene
biografías exhaustivas, sino un balance de sus éxitos y fracasos como
gobernantes, de los problemas que tuvieron que enfrentar y de las soluciones u
omisiones que caracterizaron sus períodos al frente del país. No es tampoco una reseña detallada de la obra
de gobierno de cada uno de ellos sino, más bien, el recuento de lo más
representativo, el saldo final de su responsabilidad ejecutiva, de aquello por
lo que la historia los recuerda.
Alguna vez un
historiador dijo que “México es un país en constante estado de guerra con algunas aisladas explosiones de paz”. Y efectivamente, desde que nuestra patria se
conformó en una nación independiente los mexicanos nos hemos confrontado unos
contra otros por diferentes razones, pero principalmente por detentar el poder
de la nación y no por motivos patrióticos y pensando en el bienestar del pueblo
mexicano, sino, tristemente, por razones perversamente personales y
partidistas.
Estos bosquejos
históricos contienen la triste historia de esas perversiones políticas y
militares a través de la actuación de los hombres que en México han ejercido el
poder público de la nación. Los
mexicanos somos producto del mestizaje que llevaron a cabo los llamados
“conquistadores” --- que por lo regular eran individuos de la más baja ralea de
la sociedad española--- al fundirse con la noble sangre de los nativos de las
tierras conquistadas. Podemos decir que
el mexicano heredó la barbarie de los depredadores españoles mezclada con la
pureza de la sangre mexica y que por desgracia aquella ha predominado en la
mayoría de los mexicanos actuales: la clase política mexicana.
Comienza con los
gobernantes de México-Tenochtitlan ya que fue esta civilización mexica la que
tuvo el encuentro con los invasores extranjeros y precisamente de esa fusión
surgió la Nueva España. Sigue después el
turno de los gobernantes del México independiente y es con estos que se inicia
la triste historia de la nación mexicana, presa de los más bajos instintos de
estos maquiavélicos personajes, que, con algunas honrosas excepciones,
conforman el zoológico político nacional.
La mayor parte
ostentaron el cargo de presidente, aunque figuran dos emperadores y unas
cuantas categorías más como juntas gubernativas, regencias, un triunvirato y un
supremo poder ejecutivo. No obstante, los presidentes tienen a su vez otra
clasificación, atendiendo al origen de su mandato, considerando la siguiente
clasificación:
=”Presidente Constitucional”.
Es el que ha sido electo para el cargo según los mecanismos dispuestos
por la Constitución en vigor.
=”Vicepresidente”. Es
aquel que cuando la ley establecía la existencia del cargo, suplía las
ausencias temporales del presidente constitucional.
= “Presidente Interino”.
Es el designado, mediante el mecanismo constitucional correspondiente,
para ocupar temporalmente la presidencia en ausencia del presidente
constitucional.
= “Presidente Substituto”.
Es el designado para concluir el período constitucional inconcluso por
renuncia, incapacidad o muerte del presidente de la República.
=”Presidente Provisional”. Es el que transitoria y brevemente ocupa la presidencia en tanto la instancia legal facultada elige un presidente constitucional, o bien designa un interino o un substituto.
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