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domingo, 3 de septiembre de 2023

BOSQUEJO HISTÓRICO // Rafael Urista de Hoyos

DECIMO OCTAVO PRESIDENTE DE MÉXICO

JOSÉ JOAQUÍN DE HERRERA

Presidente interino: Sept. 12 a 21 de 1844

Presidente Constitucional: Dic. 6, 1844 a dic. 30 de 1845

                                                Junio 3 de 1848 a enero 15 de 1851.

  El día 12 de junio de 1848 se retiran de la capital las tropas invasoras e inician la evacuación de todo el territorio nacional, y hoy mismo llega a la ciudad de México el Presidente Herrera y vuelve a ser izado en el Palacio Nacional el pabellón mexicano en medio de salvas de artillería y júbilo del pueblo.

  Apenas iniciaba el general Herrera su gobierno, cuando estalló un nuevo pronunciamiento, el del presbítero Celedonio Domeco de Jarauta, aventurero español que había dejado su curato para convertirse en guerrillero durante la invasión angloamericana, y que ahora se levantaba en armas desconociendo al gobierno y proclamando la continuación de la guerra contra los yanquis.

  Poco le duró el gusto al cura y aunque fue secundado por el eterno traidor Mariano Paredes y Arrillaga, fue derrotado por el general José Vicente Miñón, mandado por Herrera en su persecución, quien tomó prisionero al cura rebelde y lo fusiló en la mina La Valenciana de Guanajuato.  El general Predes logra escapar huyendo al extranjero.

  El general Herrera tenía una cualidad que lo distinguía de los militares de su época: era extremadamente honrado.  Así lo demostró en sus primeras dos administraciones, en las que la austeridad fue característica de su gobierno.

  Pero sólo hasta su tercer mandato, y sin que lo detuviera su quebrantada salud, pudo impulsar el proyecto de los liberales moderados, apoyado en dos brillantes ministros:  Mariano Riva Palacio y Mariano Otero, considerado éste último el padre del amparo.

  La administración del general Herrera comenzó días antes de que el ejército de los Estados Unidos se retirara de la ciudad de México, luego de más de un año de ocupación.  Tuvo que gobernar a un país que había perdido más de la mitad de su territorio con los quince millones de pesos o dólares (la paridad peso-dólar era la misma en ese tiempo) que Estados Unidos pagó por el despojo.

  La indemnización se consumó rápidamente.  Una parte fue destinada a cubrir la deuda inglesa, otra a la pacificación del país, y la mayor parte sirvió para pagar los sueldos de la burocracia, ya que el Presidente Herrera logró del nuevo Presidente de Estados Unidos, Zachary Taylor, que la indemnización se pagara  íntegramente.

  El general José Joaquín de Herrera nació en Jalapa, Veracruz, el 23 de febrero de 1792.  Después de desempeñar la presidencia de la República prestó grandes servicios a la Patria, logrando entregar el poder de manera pacífica y constitucional, hecho que no se veía desde 1829.  Murió en la ciudad de México el 10 de febrero de 1854.

 


DECIMO NOVENO PRESIDENTE DE MÉXICO

GENERAL MARIANO ARISTA

Presidente Constitucional:  Enero 15, 1851 a enero 5, 1853.

  Aunque la escisión entre los partidos era profunda, y los conservadores seguían solapadamente a favor del establecimiento de la monarquía, las elecciones se hicieron en paz resultando electo para la Presidencia de la República, el general don Mariano Arista quien toma posesión de su cargo el 15 de enero de 1851.

  Hombre valiente a toda prueba, muy laborioso, era liberal moderado, pero admiraba a muchos personajes del partido conservador aunque muchos de ellos pretendían establecer la forma de gobierno colonial, y que trataban de influir en la dirección de los negocios públicos.

  El principio del gobierno del general Arista, fue muy difícil;  hubo frecuentes cambios en el gabinete, la Hacienda pública estaba en bancarrota y aun así trató de organizar al ejército logrando acabar con viejos abusos.  En el mes de septiembre se pronuncia en Ciudad Guerrero, Chihuahua, el general Canales, poco después el general José María Carbajal en Ciudad Camargo, proclamando traer a Santa Anna, olvidando su pasado.

  Fue de los escasos presidentes de la primera mitad del siglo XIX que llegaron al poder por la vía electoral. Sin embargo, con todo y su legitimidad, la gente tenía en mal concepto a su persona. 

  La administración de Arista se desenvolvió en medio del escándalo: se había separado de su esposa y vivía con otra mujer en Palacio Nacional.  Eso fue suficiente para que la gente pusiera en duda su capacidad y honestidad.  Además nadie olvidaba que en las dos primeras derrotas mexicanas frente Estados Unidos el jefe militar había sido Arista, quien en esa ocasión se había mostrado con falto de pericia y arrojo militar.

  En medio de una severa crisis económica, poco pudo hacer su administración.  Pero se esmeró en la realización de ciertas obras materiales que provocaron admiración en la sociedad: estableció la primera línea telegráfica de México, que iba de la capital al puerto de Veracruz; otorgó la primera concesión para construir un ferrocarril en esa misma ruta; trasladó la estatua ecuestre de Carlos IV ---el caballito--- a la entrada del paseo de Bucareli; hizo abrir una tercera puerta en Palacio Nacional ---la famosa puerta Mariana--- y promovió las ascensiones en globo.

  La terrible situación financiera desencadenó una revuelta que pretendía elevar nuevamente al poder a Santa Anna.  El movimiento rebelde fue ganando adeptos y se extendió por una gran parte del país, y ante la imposibilidad de hacerle frente por la escasez de recursos, Arista renunció a la Presidencia.

  Mariano Arista nació en San Luis Potosí el 26 de julio de 1802.  Ocupó altos cargos militares como General En jefe del Ejército del Norte en la campaña contra Texas y en la guerra con los Estados Unidos, Secretario de Guerra y Marina.  Murió en viaje a Europa frente a Lisboa, Portugal, a bordo del buque inglés “Tagus”, el 7 de agosto de 1855. 

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