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domingo, 21 de enero de 2024

BOSQUEJO HISTÓRICO // Rafael Urista de Hoyos


QUINCUAGESIMO TERCER PRESIDENTE DE MÉXICO.

GENERAL LÁZARO CÁRDENAS DEL RÍO.

Presidente Constitucional de nov. 30 de 1934 a nov. 30 de 1940.

  Presidente de México nacido en Jiquilpan, Michoacán, el 21 de mayo de 1895.  fue enviado a someter a los indios yaquis para Se unió a la Revolución en Apatzingán, Michoacán, el año de 1913.  En 1918 posteriormente participar en las campañas de Nayarit y Michoacán contra el rebelde José Inés Chávez García.  Secundó el cuartelazo de Obregón contra Carranza adhiriéndose al plan de Agua Prieta, levantándose en armas en Veracruz. Fue designado gobernador de Michoacán en 1920 como premio por su indirecta intervención en el asesinato de Venustiano Carranza.

  Al estallar la rebelión delahuertista Cárdenas fue derrotado y hecho prisionero por el general Rafael Buelna quien le perdonó la vida y lo dejó en libertad.  En 1931 ocupó la Secretaría de Gobernación en el gobierno del presidente de paja Pascual Ortiz Rubio y luego la Secretaría de Guerra y Marina.  El 15 de enero de 1933,y por instrucciones de Calles, fue postulado oficialmente en la convención del Partido Nacional Revolucionario (PNR) en Querétaro a la Presidencia de la República. Tomó posesión como Presidente de la República el 1º de diciembre de 1934.

  Después de unos meses de graves conflictos con el Jefe Máximo Plutarco Elías Calles, en junio de 1936 lo obligó a abandonar el país con sus colaboradores cercanos y logró solucionar la crisis sin recurrir a la violencia. Tuvo que hacer frente a problemas difíciles ocasionados por su terco empecinamiento en querer establecer la educación socialista al estilo bolchevique ruso. 

  El 18 de marzo de 1938, después de un largo y angustioso enfrentamiento, el Presidente Cárdenas expropió la industria petrolera.  Ese mismo año enfrentó la frustrada rebelión del general Saturnino Cedillo.  Dejó la presidencia en 1940 en manos del general Manuel Ávila Camacho.  En 1945 se retiró a la vida civil.

  Cuando protestó como Presidente de la República, la clase política y el pueblo en general supuso que sería otro títere de Calles.  Era Cárdenas disciplinado, metódico y reflexivo.  Trabajaba con presteza y en las ocasiones graves siempre se comportó de manera “institucional” (desde ese momento esa palabra se constituyó la favorita en los discursos de la politiquería nacional).  Aprendió los secretos de la lid política gobernando a Michoacán, recorriendo los campos petroleros como jefe militar, acercándose y conviviendo con la gente.  Esas cualidades le merecieron la bendición de Calles para alcanzar la presidencia, y  cuando parecía que el jefe máximo continuaría ejerciendo el poder tras la silla presidencial, el subordinado dejó de serlo para convertirse en un real estadista.

  Comenzó su sexenio (a partir de Cárdenas los períodos presidenciales se alargaron de 4 a 6 años) sin el poder en sus manos.  Pero con su aguda observación de la realidad nacional, en poco tiempo el alumno superó al maestro.  Cárdenas alentó la organización de sindicatos y las movilizaciones masivas de obreros y sus esquiroles sin imaginarse el mal que le iba a hacer al país con esas medidas, ni se imaginó que con el tiempo la sociedad iba a ser rehén de esos grupos delincuenciales.

  Su prioridad era una: consolidar su poder apoyándose en las clases populares para enfrentar al caduco jefe máximo y aunque demoró un par de años, finalmente el 10 de abril de  1936 se deshizo de Calles enviándolo al exilio junto con sus tres principales lacayos: el líder de la CROM Luis N. Morones, y los politicastros Melchor Ortega y Luis L. León.

  El reparto agrario no tuvo límites.  Los grandes latifundios y las viejas haciendas que sobrevivieron a la Revolución, fueron otorgados en forma de ejidos (otra lacra heredada del cardenismo), a decenas de miles de campesinos  Y aunque luego el ejido demostró ser un fracaso y un terrible instrumento de control social, nadie cuestionó la buena fe y el espíritu justiciero del presidente.  Fue su Partido de la Revolución Mexicana (PRM), antecesor del mafioso PRI, el que se encargo de convertir esas buenas obras en instrumentos de corrupción e impunidad, que en los momentos actuales y con el mote de movimiento de regeneración nacional (“Morena”) han alcanzado las más altas cumbres de la criminalidad.

  Cárdenas dotó al sistema político mexicano con una serie de pilares ideológicos que luego se convirtieron en paradigmas (conjunto de normas) del México moderno.  El más importante fue el nacionalismo revolucionario que se materializó en uno de los acontecimientos más significativos del siglo XX: la expropiación petrolera. En un mundo que parecía derrumbarse en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, el Presidente Cárdenas decidió abrir las puertas de México a los refugiados y perseguidos políticos de distintas regiones del orbe ---como León Trotsky--- y con la derrota definitiva de la República española en 1939, veinte mil exiliados encontraron refugio seguro en México.

  Pero la gran obra de Cárdenas, que paradójicamente resulto ser la más dañina para el país, fue la de crear la estructura funcional del sistema político mexicano, que permitiría al partido oficial a base de fraudes y corruptelas mantener el poder el resto del siglo XX.  Más allá de la solidaridad presidencial con las clases populares, el apoyo a la organización de obreros y campesinos impulsada durante los primeros años de su gobierno tenía un claro objetivo:  el control del presidencialismo sobre toda la sociedad mexicana; para ello fue necesario restructurar el partido oficial. La transformación fue profunda y significó el afianzamiento de la llamada “familia revolucionaria” en el poder; un politicastro resentido, rencoroso y maquiavélico la llamó “la mafia del poder” sólo porque lo dejaron fuera de esa mafia). 

  Se organizó el partido en cuatro sectores:  obrero, campesino, la burocracia y el sector militar.  Comenzó así la era del corporativismo mexicano, bajo el cual los trabajadores y quienes pertenecían a los sindicatos, organizaciones campesinas y el ejército se hallaban afiliados ---obligatoriamente—al partido oficial.  Por si fuera poco, para borrar todo recuerdo del callismo, en marzo de 1938 el partido cambió de nombre y fue rebautizado como Partido de la Revolución Mexicana (PRM).

  En el siguiente sexenio, el del presidente Manuel Ávila Camacho, sufre un nuevo cambio en el nombre llamándose ahora “Partido Revolucionario Institucional; el odiado y maldecido PRI.  El general Lázaro Cárdenas dejó la presidencia en 1940 y se convirtió en la figura moral de la Revolución Mexicana hasta el día de su muerte, acaecida en la ciudad de México el 19 de octubre de 1970.

SINOPSIS BIOGRÁFICA.

  Lázaro Cárdenas del rio nació en Jiquilpan, Michoacán el 21 de marzo de 1895.  Tipógrafo en Morelia, se lanzó a la revolución constitucionalista, militando en corto tiempo en el villismo.  Llegó a general de división, fue gobernador de su estado Michoacán, Secretario de Guerra y Marina y Secretario de Gobernación.  Siendo Presidente nacionalizo la industria petrolera el 18 de marzo de 1938.  Intentó sin éxito implantar la educación socialista en México.  Después de su gobierno se retiró a la vida privada y reingresó al servicio público en el gobierno de Ávila Camacho como vocal ejecutivo de la Comisión del Río Tepalcatepec, puesto que renunció a fines de 1957.  Murió en la ciudad de México el 19 de octubre de 1970.

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