Día 11 de Febrero 1926 Dicen de Chicago, Illinois, que un criminólogo de esa ciudad costeó el robo de la cabeza de Villa. El diario “El Correo de Parral”, las investigaciones efectuadas por el Ministerio Público licenciada F. M. Amaya, la fantasía popular, algunos hechos aislados relacionados con el caso y finalmente las versiones llegadas de Chicago, han dado forma a una versión que, entre la fantasía y la realidad, es la aceptada hasta hoy más que nada por ser la única: Los doctores James Witney Hall, notable alienista, y Orlando Scott, ambos en Chicago, supieron del interés de un excéntrico millonario norteamericano interesado en criminología, por estudiar el cráneo del General Francisco Villa y comisionaron a un sueco-americano llamado Emilio Luis Holmdahl de Iowa que fue guía de la expedición punitiva, para llevar a cabo el “trabajito”.
Este aventurero profesional se traslada a México con la encomienda antes mencionada.
Aquí traba conocimiento con un mexicano llamado Alberto Corral y juntos llegan a Parral, Chih. Donde fingiéndose ingenieros metalúrgicos procedentes de Los Ángeles, California, se hospedan en el hotel Fuentes ubicado en la plazuela de Guadalupe número 7. El viernes 5 de febrero salieron del hotel a las ocho de la noche y en un automóvil se trasladaron al panteón dejando el vehículo por el camino de Las Cuevas, saltaron la barda que ve al sur cerca de una pila ya destruida.
La destrucción de la sepultura y la apertura de la caja no ofrecieron dificultad pero al cortar la cabeza quien lo hizo sufrió una lesión y cerca de la fosa quedaron algunos algodones llenos de sangre.
El regreso al hotel fue cerca de la medianoche y cuando al día siguiente se aprestaban a salir fueron aprehendidos.
El administrador del cementerio don Juan Amparan había dado las señas de dos individuos que el día anterior le preguntaron la ubicación de la tumba del general y estas coincidían con la de los forasteros. En su poder se encontraron una hacha manchada de sangre reciente, picos y herramientas propias de mineros pero también útiles para destrozar una tumba.
Consignados al Juez, licenciado Saùl J. Grabas, éste, inexplicablemente, ordenó su libertad a las setenta y dos horas por falta de pruebas; Ya para entonces Alan D. Leonard de Detroit, Michigan, presidente del 16ª batallón de ingenieros veteranos de la primera guerra mundial, había telegrafiado al coronel Samuel Robertson de Brownsville, Texas, para que se encargara de la defensa y libertad de Emilio Holmdahl. Pero la manipulable justicia mexicana, en este caso, fue expedita y no hubo a quien liberar.
Dia 11 de Febrero 1931
Dentro de la Catedral de Notre Dame, de París, se suicida Antonieta Rivas Mercado. Hondas preocupaciones la orillaron a ello. Se seguía un juicio contra su esposo, un señor extranjero, que trataba de quedarse con un hijo de los dos. Por salir airosa en el pleito, al decir de unos amigos de ella, abrazó con ardor la causa vasconcelista en 1929, haciéndose la ilusión de que tal causa triunfaría en las elecciones presidenciales de ese año.
Al sobrevenir el fraude electoral se fue a Burdeos donde pasó dificultades económicas ya que la poca fortuna que le quedaba la empleó en la campaña de José Vasconcelos como candidato a la Presidencia de la República. Más tarde y al ser abandonada por el tal candidato y pretextando ir al Consulado mexicano, se dirigió a Notre Dame , y ante un altar y mirando un crucifijo, consumó su propósito.
Dejó en el hotel una carta para el Cónsul de México, con las explicaciones usuales y el Comisario francés falló que la causa fue una leve perturbación mental, por tribulaciones de familia.
Como dato adicional, y pertinente a la anterior noticia, diremos que la elección presidencial de 1929 fue la primera en la que participó el partido que ahora lleva las siglas “PRI”, primera elección y primer fraude electoral como inicio de su modus operandi a lo largo de toda su vida política.
