HERNÁN
CORTÉS
Agosto 13 de 1521 – Octubre 12 de 1524
El día que Hernán
Cortés aceptó de Cuauhtémoc, el último Tlatoani, la rendición de Tenochtitlan,
se consumó la conquista de México y el traspaso de la titularidad de su
soberanía al rey Carlos I de España y V de Alemania, y ahora Cortés, al
derrotar a los vasallos rebeldes, confirmaba el dominio español sobre la tierra
a la que el conquistador dio por nombre Nueva España.
El día 13 de agosto
de 1521 Hernán Cortés asume el mando político y militar de la naciente colonia
de la Nueva España. De inmediato comenzó a ejercer el mando en el nuevo reino,
con base en los cargos que le había otorgado el gobierno del municipio de la
Villa Rica de la Vera Cruz.
Sin embargo,
informado el monarca español de las hazañas de Cortés decidió ratificar su
mandato y premiarlo concediéndole el supremo poder político, militar y judicial
de la Nueva España al nombrarlo Gobernador, Capitán General y Justicia Mayor.
Cortés inició su
gobierno con una decisión política de la mayor importancia. Instalado en la población de Coyoacán, Cortés
ordenó la reconstrucción de México-Tenochtitlan, la capital azteca que había
sido arrasada por sus tropas y por los miles de indios aliados que ayudaron
decisivamente a la conquista. Con gran visión política, Cortés previó que el
impacto en el resto de las naciones indígenas aún no sometidas sería mayor si la
nueva capital novohispana se erigía en el mismo sitio que había sido centro del
poder mexica; y tuvo razón.
Sin embargo, el
gobierno de Cortés fue marcado por los escándalos. Primero, había gran molestia entre sus
soldados, quienes lo acusaban de haber robado el oro y la plata del botín
arrebatado a Cuauhtémoc; para probar que no era cierto y que el antiguo
Tlatoani mantenía escondido el supuesto tesoro, Cortés autorizó que
atormentaran al último gobernante azteca quemándole los pies.
Luego, murió de
manera misteriosa la esposa de Cortés, al parecer por propia mano del
conquistador, de quien se dijo que la había estrangulado; los que conocieron a
la pareja murmuraban que vivían entre altercados y Cortés no la soportaba.
Por otra parte, en sus
funciones como gobernante Cortés alentó el desarrollo económico de la Nueva
España. Mandó traer animales de tiro y
carga, así como vacunos con que estableció las primeras ganaderías. Además, ordenó la cría de porcinos como una
alternativa alimentaria. Fomentó también
la agricultura, con la importación de cereales y caña de azúcar, y promovió la
creación de pequeñas industrias como herrerías y carpinterías.
Preocupado por la
evangelización y la fe cristiana, Cortés pidió a Carlos I que enviara religiosos
a la Nueva España, y en respuesta a su solicitud llegaron a México 12
franciscanos encabezados por Fray Martín de Valencia, quienes se unieron a los
tres que ya estaban aquí. Cuando Cortés
fue a recibirlos, los indios se sorprendieron al ver al férreo conquistador,
que lucía su brillante armadura, arrodillarse ante los misioneros, que sólo
vestían un mísero sayal.
Deseoso de castigar a
unos subordinados sublevados, Cortés emprendió la desastrosa expedición a Las
Hibueras (Centroamérica). Haciendo eco de
rumores esparcido por gente intrigante sobre una sublevación de los indios
durante su ausencia, llevó consigo a Cuauhtémoc, a quien ahorcó en el camino, y
delegó el mando de la Nueva España mientras regresaba de esta nueva expedición,
en cinco nefastos personajes: Alfonso Zuazo, Alonso de Estrada, Rodrigo de
Albornoz, Gonzalo de Salazar y Pedro Almíndez Chirinos, quienes comenzaron
disputando entre sí y luego cometieron un sinfín de tropelías contra la
población.
El conquistador
inicia su regreso a México y después de un año y siete meses de expedición por
regiones desconocidas, desembarca en Veracruz, agotado y extenuado y con
noticias de que urgía su presencia en la capital ante la situación anárquica en
que la tenían sus substitutos.
Cortés, con sus
tropas exhaustas y diezmadas, tuvo que regresar sin haber cumplido su cometido,
pero se encontró con la noticia de que Carlos I, el monarca español, lo había
destituido para someterlo a juicio de residencia.
El emperador nombra
al Corregidor de Toledo, licenciado Luis Ponce de León, gobernador de la Nueva
España destituyendo a Hernán Cortés al dar crédito a los falsos acusadores de
éste y responsabilizarlo por graves anomalías.
Sin embargo, tiempo después y al aclararse las difamaciones contra
Cortés, fue exonerado de todo cargo y restituido su honor como caballero
español. Sin embargo, Cortés nunca más
volvería a gobernar la Nueva España, el reino que conquistó para España. Como compensación el monarca le concedió un
título nobiliario: Marqués del Valle de Oaxaca con grandes extensiones
territoriales y veintitrés mil vasallos; el marquesado comprendía gran parte de
los hoy Estados de Morelos, México y casi todo el Estado de Oaxaca.
Don Hernán Cortés regresó
a México en 1530 y su ambición de aventuras lo hizo organizar expediciones
marítimas: primeramente a las islas de la especieria Las Molucas, después, en 1533, dirigiría personalmente una
expedición a la Baja California descubriendo el hoy Golfo de California llamado
también Mar de Cortés por su descubridor.
Finalmente participa en la expedición de Carlos V a Argel en África del
norte. Posteriormente, y tratando de restablecer sus títulos en la Nueva
España, dejó pasar los últimos años de su vida en inútiles gestiones ante la
Corte y falleció cuando se disponía volver a México.
Don Hernando Cortés
muere en Castilleja de la Cuesta, España, el 8 de diciembre de 1547. Su cadáver, de acuerdo con su última
voluntad, fue llevado a México y sepultado en el Hospital de Jesús fundado por
él al inicio de la colonia, donde sus restos, ocultados en 1823, fueron
descubiertos hasta 1946.
Sus cuatro Cartas de
Relación a Carlos V (1520, 1522, 1524 y 1526) constituyen uno de los grandes
documentos de la Historiografía de México.
El 4 de julio de 1526 el rey Carlos V nombra al Corregidor de
Toledo, licenciado Luis Ponce de León, Gobernador de la Nueva España
destituyendo a Hernán Cortés al dar crédito a los acusadores de éste y
responsabilizarlo de grandes anomalías, sin embargo, el licenciado Ponce de
León enfermó gravemente y murió 15 días después.
En agosto 1º el
licenciado Marcos Aguilar, enviado de España como inquisidor, toma el cargo que
dejó vacante el licenciado Ponce de León al ser nombrado Gobernador con amplias
facultades. En marzo de 1527 Alonso de
Estrada es designado Gobernador de la Nueva España al fallecer el licenciado
Marcos Aguilar.
El 13 de diciembre de
1527 por cedula real firmada en Burgos, España, el emperador Carlos V nombró
una Audiencia para gobernar a la Nueva España compuesta por un presidente,
Beltrán Nuño de Guzmán y cuatro oidores: Juan Ortiz de Matienzo, Alonso de
Parada, Diego Delgadillo y Francisco Maldonado.
Nuño de Guzmán era un
hombre sanguinario y sin escrúpulos.
Esta Primera Audiencia para la colonia fue funesta, pues la rapiña, los
atropellos, los asesinatos, las vejaciones y el enriquecerse fueron sus
propósitos.
El emperador Carlos V,
ante el fracaso de la Primera Audiencia debido a la corrupción de sus
magistrados quienes son conducidos a España y presentados ante las Cortes,
designa provisionalmente una Segunda Audiencia mientras se nombra a la persona
apropiada para representar el alto cargo de Virrey.
Esta Segunda
Audiencia la preside el obispo de Santo Domingo Don Sebastián Ramírez de
Fuenleal y como oidores Don Vasco de Quiroga, Don Juan Salmerón, Don Alonso
Maldonado y Don Francisco Ceinos. Esta
Audiencia gobernó con el beneplácito de toda la colonia hasta el año 1535 en
que llegó al primer Virrey Don Antonio de Mendoza.
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