BOSQUEJO
HISTÓRICO DE MÉXICO // Época Prehispánica
Un recorrido histórico de la Nación Mexicana rememorando a todos y cada uno de sus gobernantes en sus tres diferentes etapas: La precolonial del año 1325 al 1521; La Colonial o Nueva España del año 1521 al 1821 y finalmente la Época Independiente a partir de 1821.
Tenoch. Primer gobernante Mexica (Azteca) de 1325 a 1363.
Tenoch, sacerdote, caudillo y jefe militar, condujo a la
tribu mexica o azteca durante las últimas etapas de su larga peregrinación en
busca de un lugar donde asentarse y edificar la ciudad que los dioses le habían
ordenado construir.
Bajo su mando, los
aztecas transitaron de un lugar a otro en el Valle de México, hostilizados todo
el tiempo por los habitantes de Culhuacán y Atzcapotzalco, quienes obligaron a
Tenoch y los suyos a establecerse en lugares inhóspitos como Tizapán e Ixtacalco,
pues no les fue permitido establecerse en Chapultepec, sitio que Tenoch
consideraba el más apropiado para erigir su ciudad.
Finalmente, en el año
1325, mientras los perseguidos aztecas deambulaban por las orillas del lago
Texcoco, en una de las pequeñas isletas, entre los juncales, vieron el prodigio
que Huitzilopochtli, su dios principal, les había anunciado que allí se
levantara su ciudad: Un águila sobre un nopal y devorando una serpiente. Tenoch no tuvo duda alguna y allí fundo,
bautizando con su nombre, a la nueva urbe, la que desde entonces se llamó
México- Tenochtitlan (Tenochtitlan, sin acento en la última silaba de acuerdo
con el idioma náhuatl donde no existen las palabras agudas)
Tenoch gobernó la
ciudad hasta su muerte, ocurrida 38 años después. Poco se sabe de su vida y se
dice que vivió más de cien años, cosa de hecho imposible en aquellos tiempos.
Muere Tenoch y lo
suceden en el mando Mexitli como jefe religioso y Huitzilihuitl como jefe
militar. Durante su peregrinar habían
tenido los mexica (el nombre de aztecas lo adoptaron al fundar su ciudad como
gentilicio de Aztlan su lugar de origen) un gobierno teocrático, es decir,
regido por jefes religiosos que se amparaban en el prestigio de los dioses cuya
voluntad decían interpretar. Pero al observar que los pueblos poderosos estaban
regidos por monarcas, decidieron adoptar esta forma de gobierno. Además, como
las penosas condiciones en que vivían, y porque su ambición y su naturaleza
belicosa los obligaba a pelear, exigieron de su gobierno un carácter guerrero.
De manera que la historia de la Gran Tenochtitlan nos hará ver como una nación sojuzgada se convierte en sojuzgadora, y como pasó rápidamente del gobierno teocrático y de tribu, al monárquico y guerrero, y como una tribu que no había tenido asiento fijo formó una gran ciudad y todo un imperio.
PRIMER SOBERANO AZTECA: ACAMAPICHTLI – 1367 A 1387.
Como entre los
aztecas no había un linaje real, pidieron al Señor de Culhuacán les concediera
un soberano (entre las naciones mesoamericanas no existían los reinos ni los
imperios y a las grandes culturas
prehispánicas se les llamaba “Señorios” y sus soberanos recibían el nombre de
“Señor”) y aquel les dio a su nieto Acamapichtli.
Este hecho enojó a
Tezozomoc, Señor de los Tepanecas, en cuyos dominios (Atzcapotzalco) los
aztecas habían formado su ciudad, y puesto que aquellos decidieron emparentar
con los de Culhuacán antes que con los suyos, los cargó con más tributos aparte
de enviarlos a conquistar más poblaciones para su Señorío o reino.
Acamapichtli (“el que
empuña el cetro) inició su reinado en el año 1367 y gobernó durante veinte años,
hasta 1387. Este joven monarca era hábil
político, sereno y laborioso; resolvió muchos de los problemas de que adolecía
Tenochtitlan, para llegar a tener su vida propia.
Durante su reinado los aztecas conquistaron para los tepanecas: Xochimilco, Mixquic, Cuitlahuaca y Cuauhnáhuac (Cuernavaca).
SEGUNDO SOBERANO AZTECA: HUITZILÍHUITL II = 1387 a 1415
Después da haber
gobernado durante veinte años y consolidado el reino azteca (para efectos de
mayor comprensión en adelante mencionaremos en lugar de Señoríos las palabras
reinos o imperios) muere Acamapichtli y le sucede en el trono su hijo Huitzilíhuitl (colibrí celestial).
Para ablandar la
dureza del tirano Tezozomoc buscó su alianza, y al efecto casó con su hija
Miauhxóchitl de cuyo matrimonio nació un hijo llamado Moctecuzoma Ilhuicamina,
motivo por el cual se
estrecharon las relaciones entre los dos pueblos, y los tributos se redujeron sensiblemente.
A cambio, Huitzilíhuitl
prestó a su suegro un gran servicio: los aztecas conquistaron varios pueblos
vecinos, como Chalco y Cuautitlán, aumentando así el dominio de los tepanecas
de Atzcapotzalco, de quienes, con todo el júbilo causado por la boda real,
seguían siendo vasallos.
Durante su reinado,
en 1409, murió Techotlala Señor de Texcoco y subió al poder su hijo
Ixtlixochitl. Tezozomoc quiso aprovechar
la ocasión para apoderarse del reino y echó mano de los aztecas para destronar
a Ixtlixochitl. Este tuvo que huir
cuando sus ejércitos fueron vencidos, y escapó con su pequeño hijo Netzahualcóyotl,
quien presenció la muerte de su padre cuando éste fue perseguido y
alcanzado. Con esto Tezozomoc quedó
dueño de Texcoco formando el Señorío más poderoso del valle.
En realidad, Huitzilíhuitl fue el primer Tlatoani (monarca) guerrero de los aztecas, pues él inició a su pueblo en el gusto de la guerra, la vida militar y las conquistas. Se dice que al morir “dejó su reino en orden formando un ejército para tierra y otro para agua”.
TERCER SOBERANO AZTECA: CHIMALPOPOCA = 1415 A 1427.
Chimalpopoca (“Escudo
humeante”) era hijo de Huitzilíhuitl y nieto de Tezozomoc, pero también era
primo de Netzahualcóyotl. Este infortunado
príncipe texcocano (Netzahualcóyotl) había pasado su infancia errando por los
bosques para salvar su vida. La leyenda
pinta esta etapa de su vida llena de aventuras y peligros. Chimalpopoca intercedió por él ante Tezozomoc
quien permitió que pudiera vivir en Tenochtitlan.
Tezozomoc concedió
que los mexicas, ahora aztecas, aprovecharan el agua de Chapultepec y
Chimalpopoca, asesorado por Netzahualcóyotl, construyó un acueducto para llevar
el agua a Tenochtitlan; acueducto cuyos vestigios aún se pueden apreciar en la
actual avenida Chapultepec de la ciudad de México. También edificó, por medio de terraplenes,
una calzada que iba hasta Tacuba siendo esta la primera comunicación por tierra
que tuvo Tenochtitlan.
Tezozomoc estaba ya
viejo y enfermo, se cuenta que lo ponían en una canasta de algodones para
calentar su cuerpo, y murió cuando los aztecas empezaban a disfrutar de paz. El
reino Tepaneca de Atzcapotzalco lo heredó Teyatzin, hijo mayor de Tezozomoc;
pero su hermano Maxtla lo derrocó usurpando el trono.
Teyatzin pidió ayuda a Chimalpopoca, y ambos tramaron una conjuración contra el usurpador, de manera que cuando Maxtla descubrió la conspiración dio muerte a su hermano rival y mando aprehender a Chimalpopoca. El rey de México fue llevado preso a Atzcapotzalco, y no pudiendo recobrar la libertad murió en prisión. Era el año 1427.
CUARTO SOBERANO AZTECA: ITZCÓATL = 1427 A 1440.
Después del
infortunado reinado de Chimalpopoca Maxtla ordenó a los aztecas que ya no
eligieran rey pero los esforzados y pujantes aztecas eligieron al joven
guerrero Itzcóatl. Netzahualcóyotl regresó
a Texcoco donde lo recibieron con júbilo pues lo creían muerto. Maxtla decidió exterminarlo y traumó su
muerte, por lo que el restaurador del trono Acolhua (nombre de la estirpe de los texcocanos) formó un ejercito con sus partidarios y
sus aliados aztecas y con ellos se aprestó a la lucha contra Maxtla.
Quedó alistado el
ejército de los aliados que encabezaron Netzahualcóyotl, Itzcóatl y el guerrero
Moctecuhzoma que fue a declararle la guerra a Maxtla; éste se puso al frente de
los tepanecas y comenzó la batalla.
Maxtla fue vencido y su ciudad de Atzcapotzalco totalmente destruida y
convertida en mercado de esclavos.
El período de Itzcóatl
fue decisivo para Tenochtitlan (en el idioma Nahuatl no existen las palabras
agudas que llevan el acento en la última silaba) habían estado dominados, ahora
empezaban a ser dominadores; puede decirse que con este cuarto soberano se
inicia el verdadero poderío azteca.
De manera que la
historia de la Gran Tenochtitlan nos hará ver como una nación sojuzgada se
convierte en sojuzgadora, y como pasó rápidamente del gobierno teocrático y de
tribu, al monárquico y guerrero, y como una tribu que no había tenido asiento
fijo formó una gran ciudad y todo un imperio.
Esta hábil y excelente administrador, murió en el año 1440, dejando los cimientos para lo que sería posteriormente el gran Imperio Azteca.
QUINTO SOBERANO AZTECA = MOCTECUHZOMA ILHUICAMINA – 1440 A 1468
Por su popularidad,
sus virtudes y por su valor reconocido, es designado en el año 1440 para ocupar
el trono de los aztecas Moctecuhzoma Illhuicamina (“flechador del cielo”) o
Moctezuma I. Era hijo de Huitzilíhuitl y
ascendió al trono de México en virtud de sus muchos méritos como guerrero, pues
el fue el guía de los ejércitos que vencieron al Señorío de Atzcapotzalco.
Después de consolidar
su poder dentro del valle sus ejércitos cruzaron las montañas para invadir
territorios de lo que hoy son: Puebla, Veracruz, Morelos y Oaxaca.
En el año 1449, la
Gran Tenochtitlan sufre una terrible inundación y por consejo y bajo la
dirección de Netzahualcóyotl se construyó una albarrada o dique de tres leguas
de largo (12 metros) por quince metros de ancho, para evitar las constantes
inundaciones (esta obra se ve actualmente cerca de San Cristóbal Ecatepec).
Este valeroso monarca, Moctezuma I, muere en el año 1468 dejando al Imperio Azteca dueño de todo el Valle de México.
SEXTO SOBERANO AZTECA: AXAYACATL 1469 A 1481.
Muerto Moctecuhzoma
ocupó el trono un hijo de éste llamado Axayacatl, cuya elección fue confirmada
por el pueblo. Axayacatl estaba casado
con la princesa Azcaxóchitl, habiendo tenido tres hijos: Moctecuhzoma
Xocoyotzin, Cuitláhuac y la princesa Tilalcapatl que después fue madre de
Cuauhtémoc.
Una de sus primeras
acciones fue la conquista de la ciudad hermana de Tlaltelolco ya que los
tlaltelolcas rivalizaban con ellos desde el tiempo de la peregrinación y
ocupaban un extremo del islote en que estaba asentada Tenochtitlan.
Más tarde inició la
expansión del imperio azteca hacía el occidente. Conquistó primero Tollocan (Toluca) y luego
avanzó con un gran ejército de 24 mil hombres a las tierras del hoy Estado de
Michoacán, donde los purépechas (tarascos) lo derrotaron y se vio obligado a
retirarse.
Mejor que sus campañas
militares , Axayacatl es recordado por sus obras civiles: él mando esculpir el llamado calendario
azteca o piedra del sol, monolito que no es propiamente un calendario sino una
piedra votiva al sol como centro del universo.
Al parecer Axayacatl
murió muy joven habiendo gobernado poco más de 10 años y ensanchando al imperio
hasta las tierras de la actual Guatemala.
Poco antes de su fallecimiento pudo asistir a los funerales de Netzahualcóyotl, el Señor de Texcoco y aliado de los aztecas.
SEPTIMO SOBERANO AZTECA: TIZÓC CHALCHIUTLATONAC – 1481 A 1486.
Tizóc Chalchiutlatonac
(“agujereado con esmeraldas) hermano mayor de Axayacatl, sube al trono en 1481.
En su tiempo el imperio se agrando llevando la guerra por el
norte hasta las huastecas, por el oriente hasta el Golfo y por el sur sojuzgo a
los mixtecos y zapotecas. Sin embargo no
satisfizo a sus súbditos como conquistador, y murió envenenado por ellos
mismos.
Como obras notables se cuentan, en su breve reinado de cuatro años, el inicio de la construcción del Gran Templo Mayor de Tenochtitlan, dedicado al dios Hutzilopochtli, y el tallado de la bella piedra llamada “piedra de los sacrificios” que es una espléndida obra artística.
OCTAVO SOBERANO AZTECA: AHUÍZOTL 1486 A 1502.
Al morir Tizóc fue
elevado al trono Ahuízotl (perro de agua) hermano de los dos anteriores
tlatoanis. Con Ahuizótl el imperio
azteca llegó a su máxima extensión y
poderío pues comprendía desde Guatemala hasta las huastecas.
Se dice que Ahuizótl
fue un hombre enérgico, feroz, sanguinario, valiente y atrevido, que a nada le
temía. Con él el esplendor de
Tenochtitlan llegó a su apogeo con la dedicación del Templo Mayor.
En esa ocasión
Ahuizótl, para honrar a Huitzilopochtli, ordenó el sacrificio de miles de
prisioneros --- hasta ochenta mil dicen las crónicas--- en una celebración que
duró tres días, durante los cuales el propio tlatoani, cuchillo de obsidiana en
mano, se dedicó a extraer los corazones de cientos de cautivos
Murió este tlatoani
cuando en una inundación salió de sus aposentos tan precipitadamente que se
golpeó fuertemente la cabeza muriendo a los pocos días. Netzahualpilli, Señor de los Tahuicas, una de
las originales nueve tribus nahuatlacas que poblaron el Valle de México y que
se asentaron en Texcoco, más diestros en sistemas hidráulicos que los aztecas, ordenó
a su ingenieros que salvaran a Tenochtitlan de la inundación y éstos así lo
hicieron.
Durante el reinado de Ahuízotl ocurrió una de las grandes epopeyas de la humanidad, cuando el gran almirante genovés Cristóbal Colón llegó a las tierras de un continente desconocido hasta entonces, cuando el 12 de octubre de 1492 un europeo pisó por primera vez la tierra de un gran y extenso continente que posteriormente recibió el nombre de AMÉRICA.
NOVENO SOBERANO AZTECA: MOCTECUHZOMA XOCOYOTZIN 1502-1520
Era hijo de
Axcayacatl y sucedió a su tío Ahuizotl en el año 1502. Se le llama Moctecuhzoma II para
diferenciarlo de su ilustre abuelo. Antes
de su elección mostraba gran humildad y virtud; pero cuando subió al poder se
tornó orgulloso y soberbio. Ahondó la división entre nobles y plebeyos pues
quitó de los cargos públicos a quienes eran del pueblo por su origen para
ocupar sólo nobles. Organizó una corte
con severa etiqueta que hacía de él más que un rey una divinidad.
Sus campañas fueron
muchas y más todavía la de su bravo general Cuitláhuac quien sujetó muchas
regiones. Con esas conquistas y las
realizadas por los anteriores monarcas, se formó un dilatado imperio cuyas más
lejanas avanzadas llegaron hasta las actuales Honduras y Nicaragua.
El imperio tenía como
límites al norte las tierras de las tribus bárbaras llamadas chichimecas
(actuales Coahuila y Tamaulipas); por el sur el océano pacífico y la actual
Guatemala; por el oeste el reino de los purépechas (tarascos de Michoacán) y
por el oriente el actual Golfo de México (Coatzacoalcos). Así iba formándose la unidad del territorio
mexicano bajo la dominación de México-Tenochtitlan.
Moctezuma II era muy
supersticioso y debido a eso comenzó a sentir un miedo atroz que lo dominaba y
que al final le hizo perder no sólo su trono sino también el respeto del
pueblo. Cuando le informaron de la
aparición en el hoy Golfo de México, de unas extrañas casas que flotaban en las
que se veían hombres blancos, barbados, revestidos con refulgentes armaduras, Moctezuma
entró en pánico. Pensó que esos hombres podían ser los enviados de
Quetzalcóatl, el mítico gobernante de la antigua ciudad Olmeca Tollan (Tula)
que, convertido en dios, venía a recuperar su trono.
Más tarde, una serie
de acontecimientos, como la aparición de una estrella brillante en el cielo
(probablemente el cometa Halley), el suceso de un eclipse de sol, un temblor de
tierra de gran magnitud y los dolorosos gemidos de una mujer que por las noches
se lamentaba de la suerte de sus hijos, contribuyeron a aumentar su pavor.
Moctezuma supo que
los hombres blancos habían desembarcado en un lugar de la costa oriental
(actual Veracruz) y el que venía al mando tenía interés de avanzar hasta la
Gran Tenochtitlan para entrevistarse con él, aterrorizado Moctezuma, pecando de
inaudita ingenuidad, ordenó que les entregaran presentes de oro y plata para
convencerlos para que se retiraran sin imaginar que eso aumentaría la codicia
de los invasores.
Al llegar los
españoles a Tenochtitlan Moctezuma los alojó en el Palacio de Axcayacatl y muy
pronto fue seducido por el español, quien se atrajo la amistad y el respeto del
tlatoani al mismo tiempo que éste perdía el respeto de su pueblo quien comenzó
a inquietarse ante la sumisión manifiesta y la entrega absoluta de Moctezuma a
Cortés.
Los aztecas,
conducidos por Cuitláhuac, se rebelaron y sitiaron a los españoles que
permanecían en el palacio de Axcayacatl.
Ante la imperiosa necesidad de calmar al pueblo enardecido, el
conquistador llevó a Moctezuma a la azotea del palacio con la intención de
calmar a la muchedumbre, pero el tlatoani fue recibido con una lluvia de
piedras, una de las cuales le atinó en la cabeza muriendo instantáneamente.
Hay quien afirma que Moctezuma falleció a consecuencia de la pedrada, pero también quien asegura que Cortés, viendo que ya no le servía como defensa ante el pueblo, lo asesinó de una puñalada.
DECIMO SOBERANO AZTECA: CUITLÁHUAC . Sept. 7 a nov. 25 de 1520
Al morir Moctezuma
II, y tras un breve período de desorden debido a la guerra contra los
españoles, los aztecas nombraron al hermano del anterior tlatoani, Cuitláhuac,
Señor de Ixtapalapa, quien había dirigido a las tropas mexicas en su victoria
de la noche triste.
Cuitláhuac reorganizó
de inmediato al ejército azteca, dejándolo listo para repeler de nuevo a los
extranjeros que se habían retirado a Tlaxcala, sus aliados, para reponerse de
la derrota de la noche triste.
Bien sabia Cuitláhuac
que Cortés no cejaría en su empeño por conquistar Tenochtitlan y ordenó la
fortificación con fosos y trincheras, paro no pudo hacer más: tenía menos de ochenta días en el trono,
cuando fue atacado por la viruela, enfermedad contagiosa traída por los
españoles que causó gran mortandad entre los aztecas y, entre ellos, al nuevo
tlatoani.
Cuitláhuac, de un
talento que igualaba a su valor, demostró que podía salvar a su patria. Fue de los que se opusieron a recibir en paz
a los españoles, levantó y acaudilló a miles de hombres con quienes atacó con
bizarría la fortaleza de los españoles.
Se negó a entrar en arreglos de paz de los españoles y los obligó a
salir de su fortaleza para derrotarlos en la noche triste.
Finalmente, no pudo acabar con su tarea de expulsar a los invasores, pues víctima de una de las enfermedades de los españoles: la viruela negra.
DECIMOPRIMER SOBERANO AZTECA – CUAUHTÉMOC.
Enero 21 a
Agosto 13 de 1521
En enero de 1521, es
elegido el onceavo y último rey de los aztecas: Cuauhtémoc (Águila que
cae). Era hijo de Ahuizotl, octavo rey
azteca, y de la princesa Tilalcapatl. Se dice que tenía entonces 25 años de
edad y era ya Señor de Tlaltelolco.
Era de un valor
indomable y de carácter enérgico. Ante
la situación que corría su patria, envió embajadores a otras tribus para
combatir al invasor, más éstos por envidia de su grandeza y por odio que
profesaban a los aztecas se negaron a prestarle ayuda, resolviendo Cuauhtémoc
sacrificarse con sus leales mexicanos (ya entonces a los aztecas se les llamaba
mexicanos, derivado de mexicas su nombre nativo) y combatir a los invasores
españoles.
Enseguida, dispuso el
adiestramiento el adiestramiento del ejército para hacer frente a la amenaza
española, puesto que Cortés había iniciado la marcha hacía Tenochtitlan desde
Texcoco acompañado por más de veinte mil aliados tlaxcaltecas, huejotzincas y
chalcas, todos ellos enemigos jurados de los aztecas.
Cortés se entrevistó con
Cuauhtémoc pidiéndole se sometiera a fin de evitar la destrucción de la ciudad,
pero el joven tlatoani se negó; luego informó a los suyos que se disponía a
“defender la religión, la patria y las familias. Cortés inició el sitio de la
ciudad por tierra y por agua, pues había fabricado una docena de bergantines
(velero pequeño y rápido de dos palos) para hacer frente a cientos de canoas
aztecas.
Los combates librados
durante los setenta y tres días que duro el sitio, de junio 1º a agosto 13,
constituyen uno de los momentos más emocionantes de la historia de la
humanidad, así por el valor desplegado por uno y otro bando como por la heroica
resistencia de los mexicas, que encabezados por su tlatoani hacían frente a la devastadora
de las armas españolas, tecnológicamente muy superiores a las suyas. Además, las tácticas militares de los
aztecas, que pretendían ante todo hacer prisioneros, eran impotentes para
detener a los españoles, cuya acción militar tenía como objetivo matar al
contrario. Cortés y los suyos arrasaron
literalmente a la Gran Tenochtitlan, a la que además hicieron padecer hambre y
sed bloqueando el paso de alimentos y cegando los acueductos que suministraban
agua potable.
El 13 de agosto de
1521, cuando la resistencia alentada por Cuauhtémoc se mostró inútil, el propio
tlatoani comprendió que debía escapar para mantener viva la lucha desde otra
parte. Se embarco luego en una canoa,
pero fue alcanzado y capturado.
Presentado ante Cortés, Cuauhtémoc pronunció estas palabras: “Malinche,
he hecho lo que estaba obligado a hacer en defensa de mi ciudad y vasallos y
puesto que no puedo más, vengo por fuerza preso ante tu persona y poder. Toma luego ese puñal que tienes en el cinto y
mátame”
Conmovido ante la
derrotada pero altiva y heroica figura de Cuauhtémoc, Cortés le perdonó la vida
y lo hizo prisionero; condición en la que el caudillo permaneció casi cuatro
años. Durante ese lapso Cuauhtémoc fue
sometido a crueles tormentos, como el de quemarle los pies para obligarlo a
confesar donde estaba el supuesto y cuantioso tesoro de los aztecas, que no
existía. Luego aceptó el bautismo
cristiano. Este día Hernán Cortés asume
el mando político y militar de la naciente colonia de la Nueva España.
Cuando Cortés
emprendió una expedición a Las Hibueras (actual Honduras) para castigar a uno
de sus subordinados, decidió llevar consigo a Cuauhtémoc. Las inclemencias del
camino, la mala preparación de la campaña, los percances, la hambruna y el
temor a una sublevación de los aztecas, que se decía pretendían matar a Cortés
y recuperar el trono para su tlatoani Cuauhtémoc, decidieron al conquistador
ejecutarlo. Cuauhtémoc, el último
Tlatoani (emperador) de México-Tenochtitlan, fue ahorcado el 26 de febrero
de1525.
Este día marca la
muerte del gran Emperador azteca Cuauhtémoc, ya que es cruel e injustamente
ahorcado por orden de Cortés en un lugar llamado Itzancanac del hoy Estado de
Tabasco junto con Tetlepanquetzal, Señor de Tacuba, y otros señores mexicanos. Estos asesinatos constituyen una gran mancha
en la memoria de Hernán Cortés, ya que no tenía ningún motivo para ordenar tan
crueles ejecuciones indignas para aquel que se preciaba de ser todo un
honorable caballero español.
Bernal Díaz del
Castillo, autor de “La Verdadera Historia de la conquista de la Nueva España”,
dejó escrito: “y fue esta muerte que les
dieron muy injustamente dada, y pareció mal a todos los que íbamos en aquella
jornada”.
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