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martes, 2 de marzo de 2021

MEMORIA FRESCA // Evaristo Corona Chávez


 DESDE SUS ORÍGENES, el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) ha sido cuna de las disputas.

Fundado por Vicente Lombardo Toledano y por Eduardo Soto Innes, ese organismo gremial lleva a cuestas palabras que lo describen tácitamente.

Corrupción, tráfico de influencias, cacicazgos, venta de plazas y ajustes de cuentas, son términos imborrables. Imperantes todavía.

En la actualidad, la disputa por el poder sindical en ese gremio no está desterrada.

Las trifulcas y los escándalos son la moneda de cambio para quienes pretenden convertirse en sucesores de Carlos Romero Deschamps.

Nadie se atreve a establecer cuál es el orden jurídico o legal de quien, abruptamente, se ausentó de la dirigencia nacional del sindicato petrolero.

Romero Deschamps prefirió dejar la silla del poder tras el mensaje, nada sutil, que le fue enviado mientras comía en lujoso restaurante con el abogado Juan Collado.

Sorpresivamente declinó a continuar como dirigente formal del STPRM, porque sintió que los tentáculos de la ley pudieran atraparlo y convertirlo en huésped de una prisión de alta seguridad.

En la indefinición de saber cuál será el futuro inmediato del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, diversos grupos se parapetan en consignas democráticas que hacen circular para arribar a la cúpula del poder.

A través de maniobras legaloides, las cabezas visibles de esos movimientos argumentan tener la representación auténtica del autoritarismo que les permita cambiar de piel.

La muerte política de Carlos Romero es sólo un antecedente más de la negra historia que invade la vida sindical de los petroleros.

A principios de la década de los años 70, figuradamente fue firmado un “pacto” con el que todos los dirigentes sindicales de los petroleros acordaban el reparto de las parcelas de poder.

El país fue dividido en tres zonas —la norte, la centro y la sur— que deberían alternarse en el liderazgo sindical.

Con esa teoría Heriberto Kehoe Vincent, un auténtico dirigente popular y querido por la clase trabajadora, llegó a la secretaría general como bandera de la Zona Centro.

El Güero, como públicamente era identificado, sustituía a Sergio Martínez Mendoza, quien representaba a la Zona Sur.

El 28 de febrero de 1977, “El Güero” Kehoe fue victimado a balazos. Sucumbió al salir del restaurante “El Chalet”, de Poza Rica, acompañado de algunos de sus colaboradores.

Había llegado a la secretaría general del sindicato unos meses antes, tras de algunos conflictos inter sindicales. Salió de la sección.

Además estaba confrontado no menos conocidos con Joaquín Hernández Galicia, quien ya pretendía el control absoluto del sindicato.

“El Güero” Kehoe se preparaba a asistir, por primera vez como líder nacional de los petroleros a la ceremonia del 18 de marzo, fecha en que se conmemora la nacionalización de la industria. Ya no estaría presente.

En el lugar donde fue victimado, también cayó Antonio Madrigal Mendoza, su victimario.

Hubo un herido: Oscar Torres Pancardo, entonces secretario general de la sección 30, con sede en Poza Rica, quien recibió un tiro en la boca y otro en un brazo. Él fue el sucesor.

Torres Pancardo fue premonitorio, dijo: “mi vida también puede ser cortada”.

Seis años después sufrió un accidente automovilístico (el 8 de septiembre de 1983), en el kilómetro 168 de la carretera federal México-Poza Rica, en las cercanías de Villa Lázaro Cárdenas, Puebla.

Regresaba de una reunión en el Sindicato, en la Ciudad de México. El automóvil era conducido por Noé Cruz, curiosamente chofer de El Güero Kehoe, quien se suicidó al ver el cuerpo sin vida de Oscar Torres Pancardo.

Un mes después, del carreterazo Mauro Melo, secretario de Vigilancia, también murió en otro extraño accidente.

Pueden ser coincidencias, pero para nadie es un secreto que en el sur de Veracruz las diferencias políticas en el gremio petrolero se dirimían a balazos.

Prueba sin resolver, el homicidio o suicidio de Francisco “Chico” Balderas. Hombre poderoso de Nanchital, quien meceré un relato aparte. Breviario del STPRM, que hoy enfrenta nuevas y severas pugnas.

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