BOSQUEJO HISTÓRICO 8
DON MELCHOR
PORTOCARRERO LASSO DE LA VEGA -1686 – 1688.
Sólo dos años gobernó la Nueva España don Melchor
Portocarrero Lasso de la Vega, conde de Monclova, héroe de guerra español, que
en alguna batalla importante había perdido un brazo. Utilizaba en su lugar una prótesis de plata,
razón por la cual la gente, impactada por el espectáculo del refulgente
miembro, lo llamaba “Brazo de Plata”.
El conde de Monclova
fundó, bautizándolo con su nombre, un presidio o guarnición en los lejanos
territorios de Coahuila, para contener las incursiones de los indios apaches
que asolaban la región. También dedicó
sus afanes a la persecución de los piratas en el Golfo de México.
Durante su administración hizo erupción el
volcán Citlaltéptl, conocido como “Pico de Orizaba”; luchó contra los ataques
piratas que en su tiempo se Chapultepec
hasta el “Salto del Agua” en el centro de la ciudad; se continuaron las obras
de desagûe del Valle de México, suspendidas desde 1676.
Durante su gobierno,
el 8 de febrero de 1688, se efectuó en la plaza de Santo Domingo, un
sensacional auto de fe, con la asistencia del virrey, la virreina, los oidores,
el tribunal del santo oficio, la nobleza y numeroso público.
A las siete de la
mañana salieron del edificio de la inquisición los doce sentenciados: seis casados dos veces, uno que dijo misa sin
tener grados; a don Diego de Alvarado, ya muerto, por judaizante le quemaron
los huesos; dos hechiceros españoles; un blasfemo y un mestizo supersticioso e
idólatra. No hubo sermones, se
prendieron las doce hogueras y la ceremonia acabó a las seis de la tarde.
El conde de Monclova
fue promovido al virreinato del Perú.
Como dato curioso debe señalarse que para ir a ocupar su nuevo cargo,
esperó casi un año en el puerto de Acapulco a que llegara un barco que pudiera
trasladarlo.
En Perú gobernó
durante 16 años y fue virrey hasta su muerte.
Contando los dos años que estuvo en México, tenemos que Melchor
Portocarrero fue el virrey que más tiempo gobernó en la América española.
DON GASPAR DE LA CERDA SANDOVAL SILVA Y MENDOZA-1688-1696.
A don Gaspar de la Cerda Sandoval Silva y Mendoza, conde de Galve, le tocó dirigir la expedición militar internacional más exitosa que los novohispanos realizaron el la época virreinal.
En efecto, bajo su
mando los barcos de guerra de la armada virreinal de Barlovento y el ejército
de tierra, formado por soldados mexicanos voluntarios, expulsaron a los
franceses de la isla Tortuga y de las Bahamas, y luego avanzaron sobre la isla
de Santo Domingo (actuales República Dominicana y Haití), donde volvieron a
salir victoriosos, de modo que limpiaron la zona de las Antillas de la
presencia pirata y frenaron las ambiciones expansionistas del rey Luis XIV de
Francia.
Por el año 1692 la
Nueva España llevaba muchos meses de padecer una terrible sequía y la consecuente
escasez de alimento básicos. En el mes
de junio de ese año en la ciudad de México el pueblo hambriento se amotinó
culpando al virrey y a su gobierno de la situación de miseria en que se hallaba.
Las turbas asaltaron
primero los comercios y las tiendas, luego, en su furor, apedrearon el palacio
virreinal, se metieron a él, lo saquearon y finalmente le prendieron fuego. El virrey apenas tuvo tiempo de huir logrando
refugiarse con su familia en el convento de San Francisco. Al día siguiente el
motín fue sofocado y los principales instigadores fueron colgados. Después de resolver con justicia el problema
de la distribución de granos y cereales, el virrey conde de Galve ordenó la
reconstrucción del palacio.
En su tiempo también
se sublevaron los rarámuris (tarahumaras) y los tepehuanes, muriendo muchos
misioneros franciscanos y jesuitas; reedificó el Castillo de San Juan de Ulúa,
reformo la administración de justicia y estableció varias escuelas para enseñar
la lengua castellana a los indios.
Durante su gobierno,
el 17 de abril 1695, muere en la ciudad de México Juana de Asbaje Ramírez que
vivió con el nombre religioso de Sor Juana Inés de la Cruz. Nació un 12 de noviembre de 1651 y vivió 27 años
encerrada en su claustro donde era su vocación cuando pudo ser una dama que
brillara en los salones de la Corte y con luz propia ocupara en el mundo de las
letras un sitio de honor y de provecho.
El conde de Galve entregó
el poder en febrero de 1696 y se embarcó para España muy delicado de salud.
JUAN DE ORTEGA Y MONTAÑÉS – FEB. A DIC. DE 1696.
Después de haber
entregado el conde de Galve el gobierno a la Audiencia, se abrió el ya
establecido pliego que designaba el nombre del virrey, recayendo el
nombramiento en el obispo de Puebla, don Manuel Fernández de Santa Cruz, quien
renunció a tan alto cargo.
Se abrió el segundo
pliego y se vio que era nombrado don Juan de Ortega y Montañés, obispo de
Michoacán, quien dejó su diócesis y entró a gobernar en forma interina de
febrero a diciembre de 1696, dedicándose casi exclusivamente a ver corridas de
toros de la que era muy aficionado. La
segunda vez, en forma interina también, de noviembre de 1701 a noviembre de
1702, cuando ya era arzobispo de México.
Esta vez la empleó
preferentemente en dejar una obra moral duradera. Así, por ejemplo, para enseñar a los
novohispanos a ser caritativos, salía él personalmente, con todos sus cargos y
dignidades, a pedir limosna en las calles de la capital; por supuesto, nadie se
atrevía a negarla ante tan notable pedigüeño.
También a éste virrey
le tocó enfrentar el primer movimiento estudiantil de protesta del nuevo mundo:
Ocurrió que los jóvenes estudiantes de la Real y Pontificia Universidad de la
ciudad de México hicieron una manifestación en la plaza mayor de la ciudad,
para exigir se retirara el cadalso que se levantaba frente al palacio virreinal
en el que se hacía pública exhibición de los criminales que terminaban colgados
de ese madero.
La respuesta del
virrey fue furibunda: mandó reprimir la manifestación con la fuerza pública. Luego castigó a los alumnos al mandar
imperativamente se cortaran el cabello conforme al modelo señalado en las
ordenanzas de la Universidad de Salamanca en España.
DON JOSÉ SARMIENTO VALLADARES
DIC. 1696 – NOV. 1701
Don José Sarmiento
Valladares, conde de Moctezuma y de Tula, era mexicano y su esposa también, ya
que era la cuarta nieta del rey azteca Moctecuhzoma Xocoyotzin.
A pesar de que su
esposa ya había muerto cuando José Sarmiento llegó como virrey de la Nueva
España, utilizaba el título nobiliario de ella, al que sólo tenía derecho
mientras su cónyuge vivía, y sólo en calidad de consorte. Cuentan de él que nunca había destacado en
nada y lo único brillante que había conseguido en la vida era el matrimonio con
una descendiente del tlatoani azteca Moctecuhzoma Xocoyotzin. Al parecer la suerte lo favoreció, porque de
otra manera sería difícil explicar como un hombre tan obscuro ---afeado además
por el estrabismo--- pudo llegar a ser virrey.
Todo se debió a una
afortunada circunstancia: sus consejeros
convencieron al rey, el mentalmente incapacitado, Carlos II, de los beneficios
y popularidad que para la Corona traería que el representante personal del
monarca ostentara el nombre de Moctezuma, y el pasmado rey, entusiasmado con la
idea, autorizó a José Sarmiento para que siguiera utilizando el título de su
esposa durante su gobierno en la Nueva España.
La farsa resultó tal
y como la previeron los consejeros, pues el conde de Moctezuma y Tula fue recibido
en México en medio de la apoteosis popular, después de todo el virrey además de
ser mexicano llevaba la sangre real de nuestros ancestros aztecas.
El acto de bienvenida
fue ensombrecido cuando el caballo que montaba el virrey dio un respingo y tiró
a su distinguido jinete, a quien se le cayó la peluca al piso ocasionando el
estupor y la sorpresa en el público, pues el hombre, herido en su amor propio
era, además, pelón y bizco.
Pero a pesar de todo,
durante su corta administración de once meses se construyó un camino de Yucatán
a Guatemala proyectado por los dominicos y el franciscano Margil de Jesús; mandó
renovar las principales calzadas de la ciudad destruidas por las inundaciones;
se terminó la reparación del palacio virreinal incendiado en 1692; también en
su época aconteció una erupción del volcán Popocatépetl, y sucedió un eclipse
total de sol que aterrorizó a los capitalinos.
El 29 de octubre
muere el rey Carlos II concluyendo así la dinastía de la Casa de Austria, y se
entroniza la Casa de Borbón, de la que es primer rey Felipe V, quien remueve al
virrey don José Sarmiento llamándolo a España para hacerlo formar parte del
Consejo de Indias. Obligado don José a
abandonar los títulos de su difunta esposa, que indebidamente todavía los
ostentaba, el rey le concedió uno nuevo: Duque de Atlixco; los mexicanos novohispanos
le dedicaron una nueva conseja: “Suerte te de Dios, que del saber no te ocupes”.
DON JUAN ORTEGA Y MONTAÑÉS- NOV. 1701 – NOV. 1702
Por segunda vez se hace cargo del virreinato don Juan Ortega y Montañés, quien en esta ocasión desempeñaba el cargo de arzobispo de México.
Su administración fue
recta mostrando mucho interés en la prosperidad de la Nueva España. Se preocupó en mejorar la condición de los
naturales, de los negros y mulatos que habían llegado en grandes cantidades
como esclavos, importados por las compañías extranjeras.
Era muy aficionado a las corridas de toros. Persiguió a los vagabundos y ociosos imponiéndoles severas multas. Entregó el gobierno en 1702.
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