SEXAGESIMO CUARTO PRESIDENTE DE MÉXICO
VICENTE FOX QUESADA
Presidente constitucional: de
Dic. 1º de 2000 a Nov. 30 de 2006
Vicente Fox Quezada nació el 2
de julio de 1942 en la ciudad de México. Su madre, Mercedes Quesada Etxaide,
nació en San Sebastián, Guipúzcoa (España), el 11 de mayo de 1919, y emigró a
México a temprana edad. Su abuelo paterno, José Luis Fox Flach, nació bajo el
nombre de Joseph Louis Fuchs en Cincinnati, Ohio, Estados Unidos y de padres
inmigrantes alemanes católicos. La familia Fuchs cambió su apellido a Fox
después de 1870, tanto Fox significa zorro en inglés igual que Fuchs en alemán.
Su padre, José Luis Fox Pont, nació en Irapuato, Guanajuato, y adquirió la
nacionalidad estadounidense, sin embargo el 4 de marzo de 1946, recuperó la
nacionalidad mexicana
Vicente Fox pasó sus primeros
años en el rancho San Cristóbal del municipio San Francisco del Rincón, en
compañía de sus ocho hermanos. Cursó la mayor parte de sus estudios básicos en
instituciones católicas, Colegio de La Salle e Instituto Lux en León y estudió
la licenciatura en administración de empresas, en la Universidad
Iberoamericana, concluyó sus estudios en 1964, pero pasaron 35 años hasta que
finalmente, en marzo de 1999, obtuvo su título universitario al presentar su
examen profesional con la tesis “Generación de un plan básico de gobierno” en
el campus Santa Fe de la ciudad de México.
En 1965, entró a trabajar en la
compañía Coca-Cola primero como distribuidor local y después como supervisor de
ruta de camiones repartidores, y en 1970 llegó a ser Director nacional de
operaciones, en 1971 Director de mercadotecnia , para en sólo en once años
asumir la presidencia de la división de América Latina, transformándose así en
el gerente ejecutivo más joven en la historia de la compañía transnacional.
Por aquellas fechas decidió
cursar el Diplomado de Alta Gerencia, impartido por profesores de la Escuela de
Negocios de la Universidad Harvard, posteriormente renunció a la compañía
refresquera en 1979 para dedicarse a sus negocios, los cuales giran en torno a
la alimentación agropecuaria, la exportación de verduras congeladas y el
calzado. Algunos años antes había contraído primeras nupcias con su asistente
en Coca-Cola, Lilian de la Concha; estuvieron casados de 1972 a 1991. Adoptaron
cuatro hijos: Ana Cristina, Paulina, Vicente y Rodrigo. Por problemas
personales, el matrimonio civil fue disuelto en 1991.
De manera paralela fue
secretario del Ramo Agropecuario en el gabinete alternativo del partido Acción
Nacional formado por Manuel Clouthier. Esta presidencia alternativa así como la
que posteriormente fuera la presidencia legítima de López Obrador, no son más
que movimientos de protesta por los fraudes cometidos por el PRI y por lo mismo
no tuvieron más efecto práctico a no ser por el ridículo en que cayeron los dos
políticos
mencionados. El miércoles 6 de
julio de 1988, Vicente Fox Quesada fue elegido diputado federal por el distrito
3 de Guanajuato para la LIV (cincuenta y cuatro) legislatura; este puesto ya no
fue alternativo sino real y efectivo. Como legislador, cuestionó la legitimidad
del triunfo de Carlos Salinas de Gortari en las elecciones de ese año.
El 10 de septiembre de 1988, la
Cámara de diputados erigida en Colegio Electoral a cargo del funesto y nefasto
Manuel Bartlett, declara válidas las elecciones y presidente electo a Salinas
de Gortari por el voto de 263 diputados, de los cuales 260 eran del PRI, con 83
votos en contra y en ausencia de 150 diputados de la oposición. Durante una de
las sesiones de este seudo-colegio electoral, el diputado Vicente Fox se colocó
dos boletas electorales del fraude a manera de orejas de ratón para ridiculizar
a Salinas. En la elección estatal extraordinaria de 1995 Fox contendió por la
gubernatura de Guanajuato resultando ganador con el 58% de los votos, frente a
Ignacio Vázquez Torres con un 32% de los votos.
Ya para 1997 Fox había
manifestado su interés por ocupar la Presidencia de la República, cargo para el
cual sería habilitado solamente tras la reforma constitucional del artículo82
en 1993 que permite a los mexicanos por nacimiento, hijos de padre y madre de
origen extranjero pero nacidos dentro del territorio nacional para poder
aspirar al puesto. De esta manera se hizo de la candidatura presidencial por el
partido Acción Nacional (PAN) el 14 de noviembre de 1999.
La campaña política de Fox se
caracterizó por implementar novedosas estrategias de mercadotecnia política
inspiradas en su experiencia profesional. Contó con el apoyo de diversas
instituciones, una de las mas polémicas fue la llamada “Amigos de Fox” cuyo
titular Lino Korrodi fue acusado de permitir recursos provenientes del
extranjero y de otras fuentes desconocidas, situación que el mismo Korrodi
aceptó públicamente, aduciendo que dicho financiamiento había sido efectuado
durante la pre-campaña, evitando así incurrir en delito electoral alguno, no
obstante, la duda sobre la legalidad de dicho financiamiento persistió.
En el año 2000, Fox,
representando a la “Alianza por el cambio”, compuesta por el partido Acción
Nacional y el partido Verde Ecologista, y con el apoyo de Porfirio Muñoz Ledo,
candidato presidencial del ahora extinto Partido Auténtico de la Revolución Mexican
(PARM), logró un histórico triunfo sobre el Partido Revolucionario
Institucional (PRI) con el 42.5% de los votos de su titular Francisco
Labastida, lo cual es suficiente en la legislación electoral mexicana para
declarar un candidato ganador; la dicha legislación no contempla una segunda
vuelta donde el ganador en principio logra menos del 50% más uno de los votos.
Vicente Fox Quesada asumió el
cargo de Presidente de la República el 1º de diciembre de 2000 y llega a la
presidencia con la legitimidad que otorga el haber ganado la elección
presidencial en los primeros comicios en los que un partido de oposición venció
al antes siempre victorioso partido oficial. Esta afortunada circunstancia
despertó la esperanza del pueblo mexicano, e inició su gobierno contando con el
apoyo mayoritario de la población,
gracias a su talante amistoso,
su antiformalismo y sus “puntadas” que conseguían atraerle la simpatía de gran
parte del pueblo “bueno y sabio”. La cercanía histórica del sexenio del
Presidente Fox impide evaluarlo con objetividad, máxime que los medios de
comunicación han desvirtuado su obra, interesados más bien en lo anecdótico
(bueno y malo) del actuar del presidente. Adicionalmente, terminó su gobierno
en medio de una avalancha de críticas motivadas por su conducta poco clara en
la elección presidencial del 2006 y por su afán de destruir al caudillo de la
autodenominada izquierda mexicana que compitió ---y perdió--- en esas
elecciones (las del 2006).
Sin embargo, es posible
apreciar algunos elementos positivos que en su sexenio se consiguieron, uno de
ellos fundamental: la estabilidad económica que permitió mantener la inflación
en sus mínimos históricos y aseguró el valor adquisitivo de los salarios, a la
vez que mantenía controladas las finanzas públicas. Esto se consiguió gracias a
que el presidente Fox dejó en las competentes manos del Secretario de Hacienda
Francisco Gil Díaz, las cuestiones económicas, sin intervenir ni estorbar.
En materia social se lograron
avances espectaculares a través del Programa Oportunidades, que benefició sobre
todo a los campesinos de México. Otro exitoso instrumento de desarrollo social
fue el Programa Nacional de Vivienda, puesto que nunca antes como en este
sexenio, los mexicanos pudieron adquirir casas habitación. Fueron cerca de seis
millones de familias las que disfrutan ahora del beneficio de tener casa propia
gracias a este programa.
En materia de administración
pública el presidente Fox revolucionó los mecanismos tradicionales de gobierno
al promover y aplicar la Ley de transparencia de la Información Pública. En
materia de desarrollo político tuvo también una actuación destacada: creo la
Fiscalía especial para investigar sobre los crímenes del pasado, especialmente
los movimientos de 1968, 1971 y la llamada “guerra sucia”, a la vez que aceptó,
un ejemplo de civismo político, someterse a las decisiones adversas tanto del
Congreso como de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Pero a pesar de estos
importantes logros , el presidente Fox fue criticado duramente, en buena parte
dando motivo y razón para ello. En primer lugar, aireó su vida familiar,
involucrándola en el ejercicio del poder público, que parecía compartir con su
esposa, Martha Sahagún de Fox, a quien se atribuyó la ambición de ser la
sucesora de su marido en la silla presidencial. Por otra parte, los hijos de la
señora Sahagún protagonizaron escándalos de corrupción y de tráfico de
influencia.
Los desplantes verbales de Fox
le acarrearon muchos disgustos, quizá porque la manera de expresar sus ideas
---por lo regular certeras--- se enredaba en la alegoría de una frase
populachera o en un mal chiste. En algunas ocasiones, las puntadas y expresiones
del Presidente Fox pusieron en aprietos al país entero, como cuando se
deterioró la relación con Cuba debido a una actuación decididamente engañosa y
mal intencionada de Fidel
Castro en relación a una de las
“puntadas” tontas del Presidente Fox, y que fueron maliciosamente manipuladas
por el marxista cubano con el afán de ridiculizar al vencedor de sus grandes
amigos: los priistas. Y también sus enfrentamientos verbales con el Congreso de
la Unión, organismo que por otra parte, no supo estar a la altura de la llamada
“transición democrática”, y se empeñó en obstaculizar el trabajo del
presidente.
Indudablemente, en buena medida
gracias al eco que los medios de comunicación dieron al jefe de gobierno del
Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, convertido después en candidato
presidencial, el presidente Fox carga hoy con la mancha de haber entorpecido
deliberadamente el camino de López a la presidencia de la República. El
enfrentamiento entre ambos personajes, representantes de dos maneras distintas
de ver a México, fue real y auténtico. Los golpes e insultos fueron recíprocos,
pero sobre todo los que Fox le propinó fueron más difundidos que a los que a su
vez recibió.
A pesar de todo, a pesar de los
intentos golpistas e ilegales de la llamada izquierda mexicana, a pesar de la
violencia con que se amenazó a México de parte los exaltados y apócrifos
izquierdistas, Vicente Fox pudo entregar a Felipe Calderón la Presidencia de la
República, entregando además un país con una economía sólida y con las bases
para un crecimiento justo y sostenido.
Un juicio sobre Fox es muy complicado en la actualidad por lo reciente de su actuación y porque el personaje, aún integrado a la vida privada, sigue siendo un factor con alguna significación política dentro del ámbito público mediático mexicano, pero podría afirmarse, desde un punto de vista político, un hombre que fue acusado de inculto se comportó como un consumado estadista: llegó a la presidencia arrojando al PRI de ella, y luego, impidió que la oposición de derecha y de izquierda llegaran a su vez a la silla presidencial, conservándola para su partido. En resumen podemos afirmar que el sexenio foxista fue un total éxito, ya que la suma de los positivos fue mucho mayor que los negativos.
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