VIGESIMO SEXTO PRESIDENTE DE MÉXICO.
LICENCIADO
BENITO JUÁREZ GARCÍA
Presidente
Interino: Dic. 18 de 1857 a nov. 30 de 1861.
Presidente
Constitucional: Dic. 1º de 1861 a Julio
18 de 1872.
El
primero de diciembre de 1857 toman posesión de sus cargos el general Ignacio
Comonfort y el licenciado Benito Juárez como Presidente y Vicepresidente de la
República, respectivamente, y éste último también como Presidente de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación. La
ceremonia se llevó a cabo ante el pleno del Primer Congreso Constitucional de
la República Mexicana, o sea, la Primera Legislatura del País.
Al
Presidente Comonfort le parecía demasiada radical la Constitución y creía que
era imposible gobernar conforme a ella.
Entonces, soñando siempre con la reconciliación de los partidos, entró
en tratos con los conservadores para derogarla, creyendo que debía convocar a
un nuevo congreso constituyente en el que estuvieran representadas todas las
tendencias políticas, a fin de que diera un nuevo estatuto de acuerdo con el verdadero
estado de la sociedad mexicana.
El
día 17 de diciembre en la mañana el general Félix María Zuloaga proclama un
plan político, el Plan de Tacubaya, desconociendo la Constitución y exigiendo
al Congreso una nueva Carta Magna, plan aceptado por el Presidente Comonfort
que así rompía sus títulos legales para convertirse en un vulgar revolucionario
contra su propio gobierno.
Los soldados tomaron las principales
instalaciones civiles y militares de la capital y escenificaron el añejo ritual
de publicar un manifiesto en el que proclamaron Presidente a su caudillo
Ignacio Comonfort. El Presidente de la
Suprema Corte de Justicia, Benito Juárez, mostró una sospechosa inactividad en
el conflicto y no se declaró ni a favor ni en contra, y por lo tanto fue
aprehendido y confinado en el salón de embajadores del Palacio Nacional.
El
día 19 de diciembre el Presidente Comonfort publica un manifiesto adhiriéndose
al Plan de Tacubaya, creyendo ingenuamente en la fusión de liberales y
conservadores. De esta manera,
Comonfort, conduciéndose muy cándidamente, reconoce y apoya el plan subversivo
contra su propio gobierno asestándose él mismo un golpe de estado renunciando a
toda legalidad y convirtiéndose en un instrumento de la reacción.
Con el paso de los días, lejos de aceptar a incorporarse a un gobierno
de unidad como el requerido por Comonfort, las distintas facciones se
prepararon para librar la batalla que, suponían, iba a ser la que les diera el
triunfo definitivo. Los liberales a
ultranza exigieron la aplicación de su programa radical en su integridad y el
aplastamiento de los oposicionistas. Los
conservadores, por su parte, reclamaban la derogación de todas las leyes y
ordenamientos que olieran a liberalismo y, por añadidura que el gabinete
presidencial se formara con elementos conservadores exclusivamente.
Ante
esta situación Comonfort se convenció que la maniobra del golpe de estado había
sido una manipulación contra él de Zuloaga (su compadre) y los conservadores, y
se decidió actuar en consecuencia. Un
día de los primeros del año 1858, un arrepentido Comonfort se trasladó lo más
discretamente que pudo al salón donde Juárez cumplía su arresto. Reconoció su error al dar el golpe de estado,
y pidió al preso se trasladara a Guanajuato para pedir ayuda al general Manuel
Doblado, uno de los aliados del gobierno.
Juárez
aceptó el encargo y marchó al bajío sin encontrar obstáculos en su camino. Zuloaga se enteró de la maniobra y se
apresuró a conjurarla, y para el efecto, en la madrugada del día 11 de enero de
1858 se pronuncia en La Ciudadela proclamando la destitución del Presidente
Comonfort y poniéndose él mismo como Encargado del Poder Ejecutivo mientras la
Junta de Representantes nombraba un presidente interino. En cuanto a Comonfort, éste abandonó la
capital y marchó a Veracruz y a la primera oportunidad tomó un barco con
destino a los Estados Unidos.
El
día 19 de enero llega Juárez a la ciudad de Guanajuato donde es reconocido como
presidente de la República por las legislaturas y gobiernos que no se
adhirieron al Plan de Tacubaya como Guanajuato, Jalisco, Zacatecas, San Luis
Potosí, Michoacán y Aguascalientes, ya que como Presidente de la Suprema Corte
de Justicia, y aún como vicepresidente, le correspondía la Presidencia de la
República por ministerio de ley.
Al arribar a la Presidencia de la República
y frente al golpe de estado de los conservadores, Juárez busco restaurar el
orden constitucional y defender el principio básico del liberalismo político,
contenido en la Carta Magna de 1857:
igualdad ante la ley. Antes de
salir de Guanajuato hacia Guadalajara, Juárez forma se gabinete de la siguiente
manera: Relaciones y Guerra, don Melchor
Ocampo; Gobernación, don Santos Degollado; Justicia, don Manuel Ruiz; Hacienda, don Guillermo Prieto; y Fomento, don León Guzmán.
El
gobierno de don Benito Juárez se divide en una serie de etapas:
1ª
– Del 11 de enero de 1858 al 14 de junio de 1861, radicando sucesivamente en Querétaro,
Guanajuato, Guadalajara, Colima y Veracruz, puerto al que llega haciendo un
rodeo por Panamá.
2ª – Del 15 de junio de 1861 al 30 de noviembre de 1865: primera elección como Presidente
Constitucional, contendiendo contra el licenciado Sebastián Lerdo de Tejada y
el general Jesús González Ortega;
establecido en México, San Luis Potosí, Saltillo, Chihuahua y Paso del
Norte (hoy Ciudad Juárez, Chih.)
3ª – Del 1º de diciembre de 1865 al 25 de diciembre de 1867: investido de facultades extraordinarias fue
prorrogado su mandato para continuar la lucha contra la intervención francesa,
estableciéndose en Paso del Norte, Chihuahua, San Luis Potosí y, al triunfar
sobre el imperio, de regreso a México
4ª
– Del 25 de diciembre de 1867 al 30 de noviembre de 1871: reelección constitucional, en contienda
electoral con el licenciado Sebastián Lerdo de Tejada y el general Porfirio
Díaz.
5ª – Segunda reelección constitucional,
triunfando sobre los mismos candidatos de la anterior, del 1º de diciembre de
1871, al 18 de julio de 1872, día de su fallecimiento.
Para
imponerse a los conservadores, Juárez autorizó la firma del Tratado McLane-Ocampo,
mediante el cual se concedía a los Estados Unidos, entre otras cosas, el paso a
perpetuidad por el istmo de Tehuantepec.
El tratado no fue ratificado por el congreso de los Estados Unidos, pero
la ayuda material recibida por el gobierno juarista inclinó la balanza de la
guerra a favor de los liberales. Sin la
ayuda de los estadounidenses, los liberales hubiesen sido derrotados.
En
1861 Juárez confirmó su mandato mediante elecciones. Pero la guerra civil había dejado una
situación hacendaria deplorable, por lo cual decidió suspender el pago de la
deuda externa por dos años, hecho que sirvió de pretexto para la intervención
francesa y dio pie al imperio de Maximiliano apoyado por los conservadores
mexicanos.
De 1862 a 1867 Juárez mantuvo la legalidad frente a la invasión
extranjera. Durante cinco años encarnó
la República y la llevó a los sitios más recónditos del territorio nacional
para mantenerla a salvo. Luchó contra a
adversidad, contra las derrotas militares, contra el abandono de sus
colaboradores. Y al final triunfó.
El Presidente no se arredró ante la presión internacional que pedía el
perdón a Maximiliano. Era la hora de
consolidar a la República y que México se ganara el respeto de la sociedad
internacional. Sin titubeos, Juárez
ordenó que el archiduque fuera fusilado.
En julio de 1867 Juárez regresó victorioso a la capital del país. Inició así al período de la Republica restaurada,
en el que comenzó a tomarle gusto a la silla presidencial reeligiéndose en dos
ocasiones. Fue uno de los pocos momentos
en que la vida política del país se desarrolló de manera plena, con la
independencia absoluta de los poderes de la federación y un respeto irrestricto
por las libertades públicas.
Durante esta última etapa de su gobierno, Juárez aplico las leyes de
Reforma y no se tentó el corazón para sofocar violentamente disturbios y
rebeliones. Juárez sólo dejó la
presidencia por intervención de la muerte que se la arrebató en pleno ejercicio de sus
funciones. A partir de ahí, su figura se
convirtió en un símbolo de la historia nacional.
Benito
Juárez García nació en el poblado de Guelatao, Oaxaca, el 21 de marzo de 1806. Hizo los estudios de abogacía en la ciudad de
Oaxaca. Después de ocupar diversos
cargos públicos, fue gobernador de su Estado y Presidente de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación. Mantuvo el
honor nacional y el gobierno constitucional durante la invasión francesa y el
imperio de Maximiliano. Despacho los
asuntos de la Presidencia hasta el último día de su vida, en el Palacio
Nacional, el 18 de julio de 1872.
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