PRIMER PRESIDENTE DE MÉXICO.
GUADALUPE
VICTORIA – Oct. 10 de 1924 – Marzo 31 de 1829.
El Congreso
Constituyente, de tendencia centralista, se enfrentaba al hecho de que las
altas esferas oficiales se inclinaban predominantemente hacia la República
Federal. Se convocó a elecciones para un
nuevo congreso constituyente que se disolvió al inicio de sus deliberaciones. Reunido el segundo congreso constituyente,
que se integró con un gran número de representantes federalistas, se expidió el
Acta Constitutiva de la Nación.
No se había
constituido ningún partido político, sino que los políticos se agrupaban en
logias masónicas. La Logia Escocesa
reunía a los hispanistas, a los acaudalados y al clero; los yorkinos a los
federalistas. Con la intervención del
embajador de los Estados Unidos Joel R. Poinsett, los yorkinos prosperaron y
desplazaron a los escoceses.
Los iturbidistas
trabajaban por la vuelta de su jefe, pero el Congreso lo declaró fuera de la
ley. Iturbide regresó por Soto la Marina,
Tamps., fue aprehendido y el Congreso del Estado de Tamaulipas hizo cumplir el
decreto federal. Fue fusilado el 19 de
julio de 1824.
El 4 de octubre
inmediato se promulgó la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos;
inmediatamente se efectuaron las elecciones presidenciales y por votos de las
legislaturas de los Estados fue elegido primer Presidente de México el general
Don Miguel Antonio Fernández Félix, conocido en la historia con el nombre de
Don Guadalupe Victoria, y como Vicepresidente el general Don Nicolás Bravo,
quienes tomaron posesión de sus cargos el 10 de octubre de 1924.
Los primeros países
que reconocieron la independencia de México, fueron Inglaterra y los Estados
Unidos. El primero para aprovechar el
comercio de las antiguas colonias españolas y restablecer el equilibrio europeo,
estorbando las pretensiones de la llamada Santa Alianza que aspiraba
reconquistar los países hispanoamericanos que habían alcanzado su independencia
y que eran reconocidos por los ingleses. En cuanto a los Estados Unidos no sólo
siguieron el camino de Inglaterra, sino que su presidente, James Monroe, hizo
publicar la célebre doctrina de su nombre declarando que los Estados Unidos
considerarían peligroso para su país toda intervención de los países europeos
en los asuntos de los países americanos.
El régimen de
Guadalupe Victoria inauguró la forma de gobierno republicana asumida por el
país después del imperio de Iturbide.
Por principio de cuentas enfrentó tres problemas: la difícil situación económica, el deseo de
Estados Unidos de negociar una nueva línea divisoria y la adquisición del
territorio de Texas y las ambiciones de diversos caudillos al interior de su
gobierno.
Durante su gobierno
fueron arrojados de San Juan de Ulúa los últimos españoles que allí se habían
hecho fuertes. S establecieron
relaciones con varios países; se introdujeron capitales ingleses y
norteamericanos, auspiciados por el ministro Lucas Alamán, quien principió a destacarse
como economista y organizador de las finanzas nacionales; pero como se habían
expulsado a los españoles, estos retiraron sus capitales, con lo que se afectó
la economía del país.
El intervencionismo
de Joel R. Poinsett, primer embajador estadounidense en México y fundador de la
logia Yorkina, desató las pasiones entre la clase política. Aun así, el Presidente enfrentó con éxito una
revuelta que pretendía apoyar la reconquista española, recuperó el castillo de
San Juan de Ulúa, en manos españolas desde 1821, y decretó la expulsión de los
españoles.
Por si fuera poco, el
vicepresidente Nicolás Bravo se rebeló contra Victoria pidiendo la expulsión de
Poinsett y la supresión de las logias masónicas. El Presidente, hombre vacilante y sin carácter,
logró derrotarlo, pero poco después acabó con la legalidad en las elecciones de
1828.
El candidato ganador,
Manuel Gómez Pedraza, fue retirado del gabinete y el Congreso declaró nula la
elección, transfiriendo el poder a manos del general Vicente Guerrero. Detrás de la maniobra estaban los yorkinos,
azuzados por Poinsett.
Los partidarios del
contrincante de Gómez Pedraza, general Vicente Guerrero, se sublevaron en
Perote, Veracruz, en el cuartel de La Acordada y en la ciudad de México donde saquearon
y destruyeron El Parián, un vasto edificio construido en la plaza principal
(actual Zócalo) en que, en varias tiendas llamadas cajones, Se albergaba todo
el comercio de lujo de la ciudad. Gómez
Pedraza renunció a sus derechos y se exilió sin haber tomado posesión del
cargo.
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