EDITORIAL
El 20 de
Junio se conmemora el Día Mundial del Refugiado, una fecha establecida por las
Naciones Unidas para honrar a las personas que han tenido que abandonar sus
hogares por causa de la guerra, la persecución o el terror.
Según la
ONU, cada minuto 24 personas lo dejan todo para huir de estas situaciones. Al
final de 2022, había 108,4 millones de personas desplazadas por la fuerza en
todo el mundo, de las cuales 35,3 millones eran refugiadas.
El tema del
Día para este 2023 es “Esperanza lejos de casa”, que busca reconocer la
resiliencia y el coraje de las personas refugiadas y desplazadas, así como
fomentar la comprensión y la empatía hacia ellas.
La mayoría
de las personas refugiadas provienen de solo tres países: Siria, Afganistán y
Sudan del Sur. El 70% de ellas se encuentra en países vecinos a sus países de
origen.
México es uno
de los países que ha recibido un creciente número de solicitantes de refugio en
los últimos años. En el primer trimestre de 2023, se registraron 29,574 solicitudes
de protección internacional ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados
(Comar), un 32% más que en el mismo período del año pasado. Honduras, Haití y Cuba
son los principales países de origen de estas personas.
En México,
hay alrededor de 3,000 personas refugiadas reconocidas por el Alto Comisionado
de las Naciones Unidades para los Refugiados (ACNUR). Estas personas provienen
de países de África, Asia, Medio Oriente y América, y han encontrado en México una
oportunidad para reconstruir sus vidas. Sin embargo, también enfrentan desafíos
como la integración social, el acceso a servicios básicos y el respeto a sus
derechos humanos.
En este Día
Mundial del Refugiado, se hace un llamado a la solidaridad y la responsabilidad
compartida entre los países y la sociedad civil para apoyar a las personas que
han tenido que dejar su hogar por motivos que escapan a su voluntad. Se trata
de un gesto humanitario que puede hacer la diferencia entre la desesperanza y
la esperanza.
MÉXICO, UN
PAÍS DE ACOGIDA Y TRÁNSITO PARA LAS PERSONAS REFUGIADAS
Muchas de
las personas que solicitan refugio en México tienen como destino final Estados
Unidos, donde buscan el llamado “sueño americano”. Sin embargo, el
endurecimiento de las políticas migratorias de ese país ha dificultado el
acceso a su territorio y ha obligado a miles de personas a permanecer en México,
en espera de una respuesta a su solicitud de asilo o de una oportunidad para
cruzar la frontera.
Ante esta
situación, México ha implementado diversos programas de apoyo a las personas
refugiadas, tanto en materia de protección como de integración. Por ejemplo, la
Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) es la encargada de recibir y
resolver las solicitudes de reconocimiento de la condición de refugiado y de
brindar asistencia institucional.
Asimismo, la
Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y organizaciones de la sociedad
civil ofrecen el Programa Integración, que busca brindar una nueva oportunidad
de vida en México a las personas refugiadas y beneficiarias de protección complementaria,
facilitando su traslado a otras ciudades donde puedan encontrar seguridad,
empleo, vivienda, salud y educación.
Además,
México cuenta con una larga tradición de solidaridad con las personas
refugiadas, que se remonta a los años ochenta, cuando acogió a más de 200 mil
guatemaltecos que huían del conflicto armado en su país.
En ese
entonces, México desarrolló un proceso de integración local, que incluyó
programas de regularización migratoria, naturalización, tenencia de la tierra,
generación de ingresos y acceso a los servicios públicos.
Estas
experiencias pueden servir como referente para enfrentar los actuales desafíos
que plantea el fenómeno del refugio.
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