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domingo, 11 de junio de 2023

EL CÁNCER DE PRÓSTATA, UNA AMENAZA SILENCIOSA PARA LA SALUD MASCULINA


EDITORIAL

El cáncer de próstata es el tipo de cáncer más común y la segunda causa de muerte por cáncer en los hombres a nivel mundial. Según la Organización Mundial de la Salud, (OMS), en 2020 se registraron 1,41 millones de nuevos casos y 375 mil defunciones por esta enfermedad.

En México, el panorama no es alentadora: se estima que cada año se diagnostican alrededor de 26 mil casos y mueren más de 7 mil hombres por esta causa.

La próstata es una glándula del tamaño de una nuez que forma parte del sistema reproductor masculino y que se encuentra debajo de la vejiga y delante del recto. Su función es producir el líquido que transporta y nutre a los espermatozoides. El cáncer de próstata se origina cuando las células de esta glándula crecen de forma anormal y descontrolada, formando un tumor que puede invadir otros tejidos u órganos cercanos o lejanos (metástasis).

Los factores de riesgo para desarrollar cáncer de próstata son principalmente la edad (a mayor edad, mayor riesgo), la historia familiar (tener un padre o un hermano con la enfermedad aumenta el riesgo) y la raza (los hombres afroamericanos tienen mayor incidencia y mortalidad que los blancos o los hispanos).

Otros factores que podrían influir son la alimentación (una dieta rica en grasas animales y baja en frutas y verduras podría favorecer el desarrollo del cáncer), la obesidad, el tabaquismo y la exposición a ciertas sustancias químicas.

El cáncer de próstata suele ser asintomático en sus etapas iniciales, lo que dificulta su detección precoz. Algunos síntomas que podrían indicar la presencia de un tumor son: dificultad o dolor al originar, disminución del chorro o goteo al finalizar, aumento de la frecuencia o urgencia urinaria, sangre en la orina o en el semen, dolor en la zona pélvica o lumbar, disfunción eréctil o pérdida de peso sin causa aparente.

Sin embargo, estos síntomas también pueden deberse a otras condiciones benignas, como la hiperplasia prostática (aumento del tamaño de la próstata) o las infecciones urinarias.

Para diagnostica el cáncer de próstata se requieren dos pruebas básicas: el antígeno prostático específico (PSA) y el tacto rectal. El PSA es una proteína producida por la próstata que se mide mediante un análisis de sangre. Un nivel elevado de PSA puede indicar la presencia de un tumor, pero también puede deberse a otras causas como la inflamación, la infección o el envejecimiento de la próstata.

El tacto rectal consiste en introducir un dedo enguantado y lubricado por el ano para palpar la próstata y detectar posibles anomalías en su forma, tamaño o consistencia. Si alguna de estas pruebas es sospechosa, se debe realizar una biopsia para confirmar el diagnóstico y determinar el grado y extensión del cáncer.

El tratamiento del cáncer de próstata depende del estado en que se encuentre, así como de las características del paciente (edad, estado general de salud, expectativa de vida) y sus preferencias personales.

Las opciones terapéuticas incluyen: cirugía (extirpación total o parcial de la próstata), radioterapia (uso de radiaciones para destruir las células cancerosas), y braquiterapia (uso de semillas radiactivas en la próstata), hormonoterapia (uso de medicamentos para bloquear o reducir las hormonas masculinas que estimulan el crecimiento del tumor), quimioterapia (uso de medicamentos para destruir las células cancerosas), inmunoterapia (uso de sustancias que estimulan el sistema inmunitario para combatir el cáncer) o terapia focalizada (uso de técnicas como el ultrasonido, el láser o la crioterapia para destruir el tumor sin afectar al tejido sano).

En algunos casos, se puede optar por una vigilancia activa o una espera vigilada, que consisten en realizar un seguimiento periódico del cáncer sin aplicar ningún tratamiento, hasta que se observe un cambio significativo o se presenten síntomas.

El cáncer de próstata es una enfermedad que se puede prevenir y curar si se detecta a tiempo y se trata adecuadamente. Por ello, es importante que los hombres mayores de 50 años (o de 40 si tienen antecedentes familiares) se realicen un chequeo anual que incluya el PSA y el tacto rectal.

Asimismo, se recomienda adoptar hábitos de vida saludables como mantener un peso adecuado, practicar ejercicio físico regularmente, consumir una dieta equilibrada rica en frutas, verduras y fibra y baja en grasas animales y carnes rojas, evitar el tabaco y el alcohol y consultar al médico ante cualquier síntoma o duda.

El cáncer de próstata es una amenaza silenciosa para la salud masculina que requiere de conciencia, información y acción. En este 11 de Junio, Día Mundial del Cáncer de Próstata, hagamos un llamado a todos los hombres para que cuiden su salud y se realicen las pruebas necesarias para prevenir o detectar esta enfermedad. Recuerda: tu vida está en tus manos.

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