SEPTIMO PRESIDENTE DE MÉXICO
VALENTÍN GÓMEZ FARÍAS
Abril 1º a mayo i6, 1833
Junio 3 – 18, 1833
Julio 3 – oct. 27, 1833
Dic. 15, 1833 a abril 24, 1834
Dic. 24, 1846 a marzo 21, 1847.
De acuerdo a los
Convenios de Zavaleta son designados por el Congreso para ocupar la presidencia
y vicepresidencia de la República el general Antonio López de Santa Anna y el Doctor
Valentín Gómez Farías respectivamente.
Por encontrarse
indispuesto y fuera de la ciudad de México el Presidente Electo, Antonio López
de Santa Anna, hoy toma posesión y ocupa la Primera Magistratura del País
provisionalmente, el vicepresidente Don Valentín Gómez Farías. Quedando así triunfantes los liberales
exaltados, los antiguos yorkinos o puros, partido al que pertenecía el
vicepresidente, sobre los antiguos escoceses, que ahora llevaban el nombre de
conservadores.
Así da comienzo uno
de los períodos más curiosos y a la vez absurdos de nuestra historia, en que
los dos personajes antes mencionados se turnan la silla presidencial en una
forma absurdamente increíble, ante la cobarde y servil pasividad de congresos
peleles.
En el gobierno de
Gómez Farías colaboraron hombres cultos y talentosos y de ideas liberales, como
José María Luis Mora, Manuel Eduardo Gorostiza y Andrés Quintana Roo.
Gómez Farías fue un hombre que asumió la idea de reforma como
una convicción. A su juicio el clero y
el ejército eran los dos grandes obstáculos para el desarrollo del país. A la luz de esa lógica intento separar la
iglesia y el Estado, abolir los privilegios del clero y el ejército, suprimir
las atribuciones del clero en materia civil, destruir el monopolio religioso en
materia educativa y utilizar los bienes eclesiásticos para pagar la deuda
nacional.
La reforma
eclesiástica comprendía el ejercicio del Patronato Nacional, que durante la
colonia fue función de la corona española, para la designación de prelados, curas
y beneficios eclesiásticos; la supresión de la coacción civil de los votos
religiosos y de los diezmos; la abolición de los privilegios; la
nacionalización y la secularización de los fondos de las misiones de Filipinas
y California, la libertad de enseñanza, etc. En el aspecto militar, la reforma
abolía los fueros del ejército.
En otros ramos de la
administración pública decretó la libertad absoluta de expresión y de la
prensa, la consolidación de la deuda pública, el fomento de la propiedad
territorial y la reparación de la bancarrota de la misma propiedad.
Dictó medidas
encaminadas al mejoramiento de las clases indigentes mediante la difusión de la
enseñanza y la creación de centros culturales, bibliotecas y museos; la
abolición de la pena de muerte por delitos políticos; y otras referentes a
conservar y proteger la integridad territorial de la nación.
Su gobierno
representa el ansia de progreso y libertad del pueblo mexicano, que fuerzas
represivas lo mantenían y aun lo mantienen en la opresión y la miseria. Por
supuesto que los avances ideológicos que se propuso implantar encontraron
poderosos enemigos, que se apoderaron del gobierno para acabar con la primera
etapa republicana federal
La sociedad,
profundamente conservadora, se opuso rotundamente a las reformas liberales de
Gómez Farías. Luego de 10 meses de su
gobierno, Santa Anna retomó el poder y derogó toda la legislación reformista de
su vicepresidente.
Los años no minaron
la convicción reformista de Gómez Farías, quien en plena guerra con Estados
Unidos, y de nuevo en su calidad de vicepresidente y encargado del poder
ejecutivo de la nación volvió a las andadas: pretendió financiar la guerra con
los bienes de la iglesia provocando en la ciudad de México un motín ---alentado
por el clero--- conocido como la rebelión de los “polkos”. El presidente Santa Anna, que combatía y
perdía en el norte, regresó de inmediato a la ciudad de México destituyó a Gómez Farías y nuevamente derogó
todas sus reformas. La gran reforma
tendría que esperar hasta el ascenso de Juárez.
Valentín Gómez Farías
nació en Guadalajara, Jalisco, el 14 de febrero de 1781. Obtuvo su título de médico; fue electo
diputado a las cortes españolas y al Congreso General; Ministro de Hacienda y
en cinco ocasiones Presidente de la República.
Se le conoce como el “Patriarca de la Reforma”. Murió en México, el 4 de Julio de 1858.
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