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martes, 12 de julio de 2022

EFEMÉRIDES MEXICANAS // Rafael Urista de Hoyos


12
 de Julio de 1794

53º  Virrey de la Nueva España. (1794 – 1798)

Don Miguel de la Grúa Talamanca y Branciforte

  En contraste con el segundo Conde de Revillagigedo, este nuevo virrey de la Nueva España fue corrupto, ladrón, malvado y lambiscón ( el prototipo real de un actual político mexicano), puesto que su conducta como gobernante demostraba que sólo había venido a México a enriquecerse y, de paso, a destruir el admirable sistema administrativo creado por su antecesor: el segundo Conde de Revillagigedo. Branciforte fue un eslabón más en la cadena de degradación y corrupción de la Corona española que empezaba con la familia real; lo dicho, un vulgar emulo en retrospectiva de nuestra actual administración presidencial (2019 – 2024).

  Este virrey estaba casado con doña María Antonia Godoy, hermana del Primer Ministro y válido del rey Carlos IV, don Manuel Godoy,  y como tenía la protección del ministro real y favorito de la reina María luisa de parma, llegó a la Nueva España a corromper la benéfica administración de su antecesor, a tal grado que se le formó Juicio de Residencia, mismo que fue anulado por su protector el Primer Ministro que por añadidura era de la misma calaña  que él.

  Al estallar la guerra entre España y Francia, la cual culminó con el Tratado de Basilea que le valió el fastuoso y apócrifo título de “Príncipe de la Paz” al presuntuoso Primer Ministro Manuel Godoy, cuñado del virrey, que valiéndose de ese privilegio éste vendía los grados militares del ejército de la Nueva España con lo que obtuvo fantásticas ganancias; hubo otra manera de obtener grandes sumas de dinero y fue la de mandar secuestrar todos los fondos de los franceses de Luisiana como si fueran los actuales “fideicomisos”.

  Para adular al monarca español, mandó al célebre escultor Manuel Tolsá ejecutar la estatua ecuestre de Carlos IV, de indiscutible Mérito  artísticon y donde aparece el rey ataviado como César romano. Durante este virreinato dio principio la decadencia de la Nueva España.

  Cansado, según él, de gobernar y “harto de vivir en México”, el Marqués de Branciforte pidió su relevo y su cuñado se lo concedió.  Se despidió de la Nueva España saqueando la Casa de Moneda, con el pretexto de mostrar al Monarca las nuevas monedas acuñadas con el efigie real.

  En la ciudad de Orizaba, ya de salida o más bien de huida de la Colonia, entregó el bastón de mando al nuevo virrey: Don Miguel José de Azanza.

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