8 de Julio de 1866
Francia se retira de México
El principio del fin de Maximiliano
El imperio de Maximiliano sin la ayuda de Francia era
insostenible ya que se había descuidado la organización de un ejército nacional;
y a Napoleón III no le convenía de manera alguna comprometerse en una guerra
con los Estados Unidos y menos cuando en Europa era inminente la confrontación
con Prusia.
La
comunicación de Napoleón III, participando a Maximiliano la retirada de las tropas
francesas cayó como un rayo en la Corte Imperial. El Emperador de Mèxico, en el primer momento,
se inclina por la abdicación; pero
Carlota no se resigna a volver a Europa a desempeñar un papel secundario: “A contemplar el mar desde una roca en Miramar
hasta envejecer” jamás.
Carlota se
enardece ante la sola idea de la abdicación y volver a Europa fracasados y
sufrir la conmiseración y burlas de la gente.
La Emperatriz con su ardor de soberana que defiende su corona, se
declaró estar dispuesta a ir a Europa para hacer que el Soberano de Francia
revocara su decisión.
Hoy en la
mañana, cuando se cumplían dos años de la entrada triunfal a México, Carlota se
puso en marcha con rumbo al continente europeo.
Sólo a grandes rasgos conocería el marido los detalles sobre aquella
terrible experiencia: La fría recepción
que le dieron los franceses y la manera insultante con que Napoleón II y
Eugenia, la Emperatriz, rehuyeron entrevistarse con ella hasta que ya no les fue posible escabullirse y
enfrentaron a la mujer enfebrecida que, recurriendo al llanto, a las súplicas y
hasta a las palabras duras, les imploró y exigió que siguieran ayudando a
Maximiliano; la forma como el
interpelado, nervioso y avergonzado, se negó a modificar su posición y se
limitó a sugerir que abdicasen y volvieran a Europa; el desenlace, cuando
Carlota siguió su viaje a Roma, en un fallido intento por conseguir el apoyo
del Papa Pio IX para hacer recapacitar al emperador francés y negociar un
concordato que pusiera fin al problema eclesiástico en México. Después de esas
entrevistas infructuosas, Carlota pierde la razón y al ser declarada por los
médicos mentalmente incapacitada, es internada en el castillo de Bouchot, en
Bélgica, hasta su muerte ocurrida el 19 de enero de 1927.
Maximiliano ni
siquiera fue informado de que, después de salir de París, Carlota empezó a
tener arranques de locura: decía estar
rodeada de espías franceses y padecía terrores de que la envenenaran. Sólo a mediados de octubre, por telegrama, el
emperador recibió aviso de que su mujer había sufrido en Roma una congestión
cerebral, por lo que la habían trasladado a Viena.
El gobierno de
los Estados Unidos reconoce al licenciado don Benito Juárez como Presidente de
México (julio 15 de 1866). Entre tanto
el Mariscal Bazaine ordena la concentración de las tropas francesas para
embarcarlas y esto hace que las tropas republicanas vayan ocupando, casi sin
combatir, una gran cantidad de ciudades importantes. El coronel Mariano Escobedo vence a los
imperialistas en Santa Gertrudis; el
general Martínez, después de triunfar en Cerralvo sobre el comandante
Jaeningros, marcha sobre Matamoros obligando al general Tomás Mejía a retirarse
rumbo a Veracruz.
Las fuerzas
liberales ocupan Monterrey y Saltillo, después de ser evacuadas por los
franceses. San Luis Potosí, Hermosillo y
Guaymas caen en poder liberal, y bien pronto el gobierno republicano queda en
posesión de toda la frontera con Estados Unidos.
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