15 de Julio de 1867
Fin del segundo imperio
Nace la República Restaurada.
El Presidente de la República, Licenciado Don Benito
Juárez, acompañado por los miembros de su gabinete, hace su entrada triunfal a
la ciudad de México en medio del mayor entusiasmo. Este mismo día publica un manifiesto que
principia así: “ ¡Mexicanos! Hemos alcanzado el mayor bien que podíamos
desear, viendo consumada por segunda vez la independencia de nuestra patria. .
. “. Finalizándolo con su famosa
frase: “Entre los individuos, como entre
las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.
Caído el
imperio, el partido conservador quedaba anulado por completo; el moderado, cuyos miembros siguieron, unos
al imperio y otros a la República, había desaparecido; y sólo quedaba triunfante el partido liberal
puro, que había hecho la Reforma y vencido al imperio levantado por Napoleón
III con ayuda de los reaccionarios mexicanos.
Juárez
procedió a reorganizar al país, reduciendo al ejército; expidiendo algunas leyes reglamentarias de la
Constituciòn, y proveyendo al castigo de los imperialistas, aunque con cierta
lenidad (indulgencia), ya que se consideraba que los fusilamientos de Querétaro
eran escarmiento bastante para los enemigos de la República.
Los políticos
estimaban sumamente riesgosa la reducción del ejército, pues creían que había
ciertos jefes que podían levantarse en armas, como efectivamente sucedió; Pero el nuevo ejército, salido de las clases
populares y sin fuero, no era igual al antiguo, compuesto por soldados de
oficio, con intereses de clase, y, como luego sabremos, los pronunciamientos
fueron fácilmente reprimidos.
Juárez, sin
dejarse intimidar por esos temores, con la energía característica en él, redujo
el efectivo del ejército federal a veinte mi hombres, limitó las facultades
amplísimas de que habían gozado los principales jefes del ejército durante la
intervención y el imperio, y formó cinco divisiones, poniéndolas a las órdenes
de los jefes mas íntegros y ameritados.
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