Muerte de
Porfirio Díaz
Muere en el seno de la Iglesia Católica, apostólica,
romana, y habiendo abjurado de la masonería, el General Porfirio Díaz en la
casa número 28 de la Avenida del Bosque, en París, Francia, rodeado de su
esposa, de sus nietos y de otros de sus íntimos. Funcionarios militares acuden a rendir
homenaje al soldado que combatió al ejército francés. También llenan su casa numerosos miembros de
la colonia mexicana.
Porfirio Díaz
pasó los últimos cuatro años de su vida exiliado en Europa, hasta su muerte en
París este día 2 de julio de 1915. Sin
embargo, no se recluyó hasta que su salud comenzó a menguar con rapidez en la
primavera de este mismo año. Hasta
entonces, una vez recuperado de los problemas de salud que sufrió durante 1911,
Díaz vivió cómoda, sino esplendorosamente, en su apartamento parisino y en sus
residencias de verano de Biarritz y St. Jean de Luz, rodeado de su familia,
amigos y socios (incluyendo sus compañeros de exilio José Yves Limantour,
Joaquín Casasús y Guillermo de Landa y Escandón).
Recibió un
trato cortés y la alabanza pródiga de las familias reales, las aristocracias y
los gobiernos de Europa y recibió diversos honores y reconocimientos militares. Él y su familia viajaron a España, Alemania y
Suiza en 1912 y a Egipto e Italia en 1913.
Se mantuvo en
contacto con los acontecimientos del México revolucionario, a la espera de
alguna oportunidad de regresar a su patria.
Pero, puesto que después de 1914, las primeras fases de la Revolución y
de la contrarrevolución en México se deterioran hasta convertirse en una guerra
civil, la oportunidad no pudo concretarse.
Desde su
salida de México había perdido el sueño, dormía poco, se acentuaron los
insomnios y comenzó a sufrir desvanecimientos.
Llegó incluso a pasar varios días en cama debido a los vértigos que le
provocaba tan sólo alzar la cabeza. Sin
embargo, su corazón y sus pulmones ---según sus médicos- se encontraban en
perfecto estado; el diagnóstico era la falta de irrigación sanguínea al
cerebro.
El inicio de
la Primera Guerra Mundial a finales de junio de 1914, lo distrajo algunas
semanas. Seguía con atención las
tácticas de guerra de las naciones en conflicto, opinaba sobre las estrategias,
comentaba las últimas noticias pero no dejaba de sorprenderse de la magnitud
del conflicto y su poder destructivo.
El 2 de julio
fue un día lleno de luz. El cielo azul
del verano mostraba la belleza de la ciudad monumental. Poco después del mediodía Porfirio dejo de
hablar y cerca de las 6:30 de la tarde, cuando el sol comenzaba a caer sobre la
ciudad luz y la gente se paseaba alegremente por Campos Elíseos, Porfirio Díaz
expiró.
Fue sepultado
en la iglesia de Saint Honoré Eylau, un lugar del todo ajeno a su historia. Estaba por cumplir 85 años de edad. En 1921, sus restos fueron trasladados al
cementerio parisino de Montparnasse donde continúan su exilio.
0 comentarios:
Publicar un comentario