24 de Noviembre de 1913
Batalla de Tierra Blanca
La más brillante de la Revolución Mexicana
Desde ayer a las seis de la tarde
recorre el general Villa todo el frente de Tierra Blanca hasta llegar a dos
kilómetros del enemigo. Son unos cinco
mil quinientos federales al mando del general Jesús Mancilla y los brigadieres
Manuel Landa, Marcelo Caraveo, José Inés Salazar y otros.
Hoy, noviembre 24, a
las cinco de la mañana se inicia el combate en Tierra Blanca cuando el ala
derecha villista es atacada por los generales Landa y Caraveo y defendida por
Maclovio Herrera y Eugenio Aguirre Benavides, quienes por momentos se vieron
comprometidos. Al mismo tiempo la
artillería federal quiso hacer estragos en el centro villista, pero Villa
ordena rápidamente a Martiniano Servín que responda al fuego, lo que hizo con
total éxito.
A las once de la
mañana Landa y Caraveo son dispersados frustrando sus intenciones de apoderarse
de Bauche, donde están los tanques de agua.
El ala izquierda villista al mando de los generales José Rodríguez y
Rosalío Hernández, es obligada a replegarse y ceder buena parte del terreno,
peo al recibir el apoyo del general Villa se recuperó el espacio perdido y el
ala quedó estabilizada, logrando el repliegue de la columna de colorados de
José Inés Salazar, quienes emprenden franca huida. Sin embargo, el general federal Flores
Alatorre permanece firme y dispuesto a desbaratar el ala izquierda villista.
Los federales,
torpemente, bajaron sus cañones de las plataformas de los trenes colocándolos
en batería en los arenales, donde seguramente quedarán inmovilizados debido a
la poca consistencia del terreno.
Transcurrió esa noche con encuentros esporádicos y preparativos para el
día siguiente; las acciones de este día terminaron con un avance significativo
de los villistas.
Desde la madrugada de
hoy (noviembre 25) se combate ferozmente en Tierra Blanca. En el ala izquierda villista cae herido el
general José Rodríguez. El general
federal Flores Alatorre recibe refuerzos y presiona con bastante éxito y
comienza a bajar de los trenes toda su artillería. Pero villa ordena un poderoso ataque de la
caballería de los generales Fidel Ávila y Toribio Ortega, y horas después los
tres sectores procuran unirse en una maniobra envolvente. La maniobra se completa exitosamente y la
tenaza de hierro ahoga a los federales que, despedazados, huyen por fin en
distintas direcciones, destruyendo a su paso las vías férreas para evitar su
persecución.
Rotos sus flancos y
desorganizado completamente su centro, la derrota federal se perfila en toda su
magnitud, generándose el caos entre ellos.
Las tropas huertistas, federales y orozquistas, fueron totalmente
aniquiladas perdiendo más de mil hombres, varios trenes, diez piezas de
artillería y gran cantidad de víveres y municiones.
Los restos del
ejército de federales y orozquistas (colorados) derrotados en Tierra Blanca
llegan hoy (nov. 26) a Chihuahua, donde cunde el pánico, y el general Salvador
R. Mercado con todas las tropas que pudo reunir, seguido de numerosas familias,
emprende hoy mismo una precipitada huida hacía Ojinaga, población
fronteriza. Por el pánico y la
desolación, así por los sufrimientos con que huían, esta caravana fue llamada
“La caravana de la muerte”
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