Entradas populares

viernes, 18 de noviembre de 2022

EFEMÉRIDES MEXICANAS // Rafael Urista de Hoyos


18
 de Noviembre de  1910

Aquiles Serdán.

Enfrentamiento y aniquilación.                                     

  Las autoridades poblanas transmitieron la orden de catear la casa de la familia Serdán en busca de armas y publicaciones subversivas.  El jefe de la policía de la ciudad de Puebla, coronel Miguel Cabrera, se dispuso llevar a cabo la diligencia la mañana del 18 de noviembre de 1910.  Le acompañaban el mayor Arturo Fregoso y los ayudantes del primero, Martín Aguirre, Blas López y Vicente Murrieta.

  Una vez frente a la casa de Aquiles Serdán llamaron fuertemente a la puerta que acto seguido fue abierta de par en par.  Penetraron en el Zaguán, y después de atravesar el patio de la residencia fueron recibidos con una descarga de fusilería, que ocasionó la muerte de Cabrera y su ayudante Murrieta.  Los que seguían a Cabrera salieron huyendo de la casa para dar parte a sus jefes.

  Mientras esto ocurría, los hermanos Aquiles, Máximo y Carmen Serdán, la madre de éstos, la esposa del primero y el grupo de conjurados, ocuparon la azotea de la casa, excitando desde allí al pueblo para que tomara las armas en defensa de la libertad.  Sin embargo, en aquellos momentos su exhortación no fue escuchada.

  Las autoridades dieron órdenes urgentes al Batallón Zaragoza para que tomara por asalto la casa de los rebeldes.  También se dio a los soldados del Primer Regimiento de Caballería de ocupar las alturas del templo de San Cristóbal, pues desde ese lugar se dominaban perfectamente las azoteas de la calle de Santa Clara.

  Los soldados del Batallón Zaragoza, caminando por las azoteas contiguas a la casa de los Serdán avanzaban con dificultad por el fuego que les hacían los defensores, que se batían con extraordinario valor y que logaron por muchas horas tener a raya a los asaltantes.  Los federales del Primer Regimiento abrieron un fuego muy denso contra las azoteas, lanzando sobre de ellas una verdadera lluvia de plomo e imposibilitando la defensa de los sitiados.

  Las primeras víctimas fueron Máximo Serdán y el joven estudiante Jesús Nieto, que cayeron muertos con las armas en las manos.  Resultó herida Carmen Serdán.  Los hombres, aunque conservaban la serenidad, se hallaban agotados por la desigual pelea, pues eran mucho más los atacantes que los defensores en una proporción de diez a uno, y en esas condiciones todos los sitiador fueron acribillados y masacrados.

   Cuando los soldados dieron muerte a los últimos defensores varones, en una recamara encontraron juntas y desarmadas, a Carmen, su madre y su cuñada, la esposa de Aquiles.  Sin embargo, Aquiles no se encontraba por lo que se hizo revisar toda la casa sin hallarlo; pero sabían que no pudo huir a la calle, por lo que se organizó una búsqueda muy minuciosa por toda la casa sin haberlo encontrado por lo que se decidió dejar una guardia permanente vigilando el interior de la misma.

  Aquiles, impotente, herido y deshecho de cuerpo y espíritu, se refugia en un estrecho y disimulado agujero bajo las duelas del piso inmediato a su recamara.  Son las dos de la mañana del día sábado 19 de noviembre de 1910. La soldadesca permanece en sus puestos de vigilancia.  Cerca de la recamara del matrimonio Serdán se escucha un tenue ruido y de repente, de la obscuridad asoma una cabeza humana, es Aquiles que después de más de 15 horas de permanecer en un espacio no más grande que el de un ataúd, presa de una fiebre altísima y con la mirada vaga, levanta los brazos y con una voz apenas audible:  ¡Soy Aquiles Serdán. . . hice lo que pude, lo que debí hacer. . . no estoy obligado a más ¡

  El vencido parece otro hombre; su gesto es de tristeza, las fauces caídas , la altivez ha caído ante la resignación, el dolor físico opaca el deseo de aparecer entero.  Por toda respuesta se escucha un tiro, y otro, y otro.  El hombre se contrae de dolor y se desploma.

  El cadáver de Aquiles Serdán fue llevado a la comisaría para ser expuesto a la curiosidad pública, durante todo el día, tratando así el gobierno de escarmentar a los que se propusieran confabularse contra las autoridades “democráticamente establecidas”.

  En cuanto a las mujeres Serdán, ellas permanecieron cinco meses en prisión y serían liberadas en mayo de 1911, pocos días antes de la renuncia de Porfirio Díaz, y de inmediato se incorporaron a la lucha.  La primera acción de Filomena del Valle, Viuda de Aquiles, fue promover un juicio contra el gobierno federal, acusándolo de asesinar a su esposo.  Carmen, hermana de Aquiles, fundará y participará en varias juntas revolucionarias y María del Carmen, madre de Aquiles, aglutinaría a su vera a los sobrevivientes de la familia;  y hasta la fecha, desconocemos que sucedió con estas mujeres, como murieron y donde reposan sus restos.

0 comentarios:

Publicar un comentario