EDITORIAL
La
enfermería es una profesión dedicada al cuidado de la salud de las personas,
tanto en la prevención como en la recuperación de enfermedades. La enfermería
implica una vocación de servicio, un compromiso ético y una sensibilidad humana
para atender las necesidades físicas, emocionales y sociales de los pacientes y
sus familias.
El origen de
la enfermería se remonta a la antigüedad, cuando las mujeres se encargaban de
cuidar a los enfermos y heridos en sus hogares o en los templos. Sin embargo,
la enfermería moderna surge en el siglo XIX con la figura de Florence Nightingale,
una enfermera inglesa que revolucionó la práctica y la enseñanza de esta
profesión.
Florence
Nightingale se destacó por su labor humanitaria durante la guerra de Crimea,
donde organizó el cuidado de los soldados heridos con criterios de higiene,
nutrición y estadística. También fundó la primera escuela de enfermería del
mundo en el hospital Saint Thomas de Londres, donde estableció los principios
básicos de la formación profesional de las enfermeras.
En honor a
su nacimiento, el 12 de Mayo se celebra el Día Internacional de la Enfermería
desde 1965, promovido por el Consejo Internacional de Enfermería. Este día
tiene el objetivo de reconocer el valor y la contribución de las enfermeras y
los enfermeros a la salud y el bienestar de la humanidad.
La
enfermería ha evolucionado a lo largo del tiempo, adaptándose a los cambios
sociales, científicos y tecnológicos. La enfermería ha ampliado sus campos de
acción, especializándose en diferentes áreas como la pediatría, la geriatría,
la salud mental, la salud pública, la investigación o la gestión. La enfermería
también ha asumido nuevos roles y responsabilidades, como la educación
sanitaria, la promoción de la salud o la participación en equipos multidisciplinarios.
La
enfermería es una profesión esencial para el sistema sanitaria y para la
sociedad. Las enfermeras y los enfermeros son los profesionales que más tiempo
pasan con los pacientes, brindándoles atención integral, personalizada y
humanizada. Las enfermeras y los enfermeros son también agentes de cambio e
innovación, que aportan su conocimiento y experiencia para mejorar la calidad y
seguridad de los cuidados.
La
enfermería también ha enfrentado grandes desafíos en el siglo XXI, como la
pandemia del COVID-19, que ha puesto a prueba la capacidad de respuesta, la
resiliencia y el liderazgo de las enfermeras y los enfermeros en todo el mundo.
La enfermería ha demostrado su compromiso y su profesionalismo en la primera
línea de batalla contra el virus, arriesgando su propia salud y vida para
salvar la de otros.
La
enfermería tiene que seguir avanzando en el desarrollo de su ciencia, su
investigación y su educación para afrontar los retos actuales y futuros de la
salud global. La enfermería tiene que reivindicar su papel como una profesión
autónoma, con competencias propias y con voz propia en la toma de decisiones.
La enfermería tiene que seguir trabajando por el reconocimiento social y laboral
que merece, por unas condiciones justas que favorezcan el ejercicio de su
vocación.
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