EDITORIAL
Zaragoza, Coahuila,
es un municipio que sufre los estragos de la delincuencia y la impunidad. Los
robos y los actos vandálicos van en aumento, afectando el patrimonio y la
seguridad de sus habitantes, que se sienten desprotegidos e indignados ante la
falta de respuestas de las autoridades.
Los hurtos
en viviendas, valores y accesorios de los vehículos estacionados, incluso a
plena luz del día, son una constante en esta ciudad, donde los reportes en ese
sentido tal parece que se mantienen ocultos ante los medios informativos.
Mientras
tanto los afectados o las víctimas de estos latrocinios no ven la forma de
recuperar sus pertenencias ni de exigir justicia.
Irónicamente,
como dice el dicho “cuando la perra es brava, hasta los de la casa muerde” y ahora
no solo las familias habitantes son víctimas de la delincuencia. También los
espacios públicos y unidades deportivas han sido blanco de los amantes de lo ajeno,
con el robo y vandalismo de cableado eléctrico y luminarias, dejando a oscuras
y en el abandono las instalaciones que sirven de esparcimiento y convivencia.
Específicamente
está lo ocurrido en la Unidad Deportiva, en el Bulevard del ejido Tío Pío, y la
cancha del Centro Familiar Recreativo (CEFARE) con el robo de cableado
eléctrico y luminarias con un valor de miles de pesos, costeado por el erario
municipal, en otras palabras, por los impuestos de la propia ciudadanía.
Como ahora
el principal afectado es el municipio, entonces ahora sí pusieron el “grito en el
cielo” y utilizaron a los medios oficiales a modo a compartir la indignación por el
robo y el acto vandálico en perjuicio del patrimonio municipal.
Se supone
que ahora sí van a investigar hasta detener a los presuntos responsables de
esta fechoría. Se supone y eso se espera.
Sin embargo,
esta reacción parece ser tardía e insuficiente, pues desde que inició la
presente administración al frente de Laura Galindo, la delincuencia se ha
enseñoreado en la ciudad sin que autoridad alguna frene la incidencia de robos y el vandalismo.
Las estadísticas
en ese sentido no mienten: una encuesta nacional de seguridad pública realizada
por el INEGI desprende que cada vez los habitantes se quejan de la inseguridad en la tierra de "las mujeres hermosas y los hombres trabajadores".
Además
Zaragoza es de los municipios cuyas familias han sufrido de muchos casos de
extorsión vía telefónica y robos patrimoniales desde hace cuatro años a la fecha
y van en aumento en el presente 2023, colocando a esta ciudad como una de las más
inseguras del Estado de Coahuila.
Ante este panorama
desolador, las familias habitantes exigen a las autoridades municipales y
estatales competentes tomen medidas urgentes para combatir la delincuencia y
garantizar la seguridad pública.
Asimismo, se
pide a la ciudadanía en general afectada por tanto robo y vandalismo a que sea
vigilante y denuncie los hechos y a los delincuentes que se aprovechan de la
nula vigilancia para hacer de las suyas.
Zaragoza, Coahuila,
merece ser una ciudad tranquila, en paz, segura y ordenada, y para lograrlo se
requiere primero del compromiso del gobierno municipal y de las corporaciones
de seguridad comisionadas para ello, la colaboración de las organizaciones civiles,
el sector empresarial, comercial, industrial, obrero, agropecuario y medios de
comunicación, para que todos unidos pongan alto a la ola de robos y vandalismo
que azota a la ciudad y sufren sus habitantes.
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