27 de Octubre de 1807
Napoleón invade y ocupa España
Hoy se firma el
“Tratado de Fontainebleau” entre Napoleón I por parte de Francia y Carlos IV
por parte de España, por el que las dos potencias aliadas se comprometen a acometer
el reino de Portugal ya que estando Francia en guerra contra Inglaterra y
siendo Portugal un aliado del país británico, a Napoleón no le convenía que su
enemigo contara con un enclave cerca de su frontera.
Con este pretexto, el
emperador de los franceses, Napoleón Bonaparte, invadió España con la intención
secreta (que no estaba en el tratado) de también apoderarse de toda la
península ibérica, ocupando con sus tropas fronteras, castillos y plazas
fuertes sin resistencia; pues ya en su ánimo tenía el disponer a su antojo de
la monarquía española junto con la portuguesa.
Haciendo efectivo el
Tratado de Fontainebleau el general francés Dupont, obedeciendo órdenes de
Napoleón, invade el territorio español con veinticinco mil hombres, situándose
en Valladolid, al tiempo que el mariscal Moncey en Burgos con otras divisiones
y el resto del ejército francés en las principales plazas.
Napoleón
prácticamente se había posesionado del territorio español y el pueblo, dándose
cuenta de las intenciones del francés, cuando sus tropas se acercaban a Madrid,
opuso tenaz resistencia, siendo inútiles por encontrarse sin tropas ni
elementos de defensa.
El ministro y válido
(este último nombramiento significa que el rey transfiere a su primer ministro
todas las facultades reales para gobernar al país) Manuel Godoy, amante de la
esposa del rey Carlos IV, propuso a éste que en vista del peligro que corría,
trasladara el trono a la Nueva España, como ya lo había hecho el Regente de
Portugal don Juan VI al irse a establecer al Brasil.
Después de estos
acontecimientos estalla un motín encabezado por elementos de la nobleza, “El
Motín de Aranjuez”, en el que el populacho asaltó el palacio real al tener
noticias de que la familia imperial estaba por abandonar España para
establecerse en su colonia de la Nueva España, dejando al país abandonado en manos
de Napoleón.
Los amotinados de
Aranjuez aprehenden al ministro Manuel Godoy por sus indignidades y lo reducen
a prisión; y para calmar las inquietudes del pueblo, el rey Carlos IV abdica la
Corona en favor de su hijo Fernando VII.
A Madrid habían llegado
tropas francesas al mando del mariscal Joaquín de Murat aconsejando a Carlos IV
declarara la nulidad de su abdicación.
Fernando VII, sintiéndose afectado por la nulidad de la abdicación,
pidió a Napoleón reconocimiento y apoyo.
Napoleón se
encontraba en Bayona, Francia, y hasta ese lugar fue la familia real española
para que sirviera de arbitro. Pero como
el infante Francisco de Paula se había quedado en Madrid, Napoleón ordenó fuera
llevado el niño a Francia para que no hiciese valer sus derechos al trono de
sus abuelos.
El pueblo español, al
ver que el rey y toda su familia eran rehenes de Napoleón, se sublevó contra
las tropas francesas. La heroica
protesta que ahogaron en sangre los franceses fue el principio del
levantamiento de todo el pueblo español contra los invasores, levantamiento que
sólo habría de terminar con su completa expulsión de la península.
La multitud que se
encontraba sin jefes, sin armas, sin elementos de lucha, seguía protestando,
cuando Murat ordenó hacer fuego contra aquella indefensa multitud se originó
una lucha desigual, la que dio origen a que todo el pueblo español se levantara en armas en
contra de los invasores franceses.
Fernando VII, obligado
por Napoleón, abdica en favor de su padre para que éste, manipulado por aquel,
abdique a su vez en favor de José Bonaparte, hermano de Napoleón, el que fue
nombrado rey de España e Indias a petición, forzada, por una supuesta Junta
formada por 150 personajes de la nobleza de España.
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