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sábado, 8 de octubre de 2022

EFEMÉRIDES MEXICANAS // Rafael Urista de Hoyos


8
 de Octubre de 1913

Asesinato de Don Belisario Domínguez

  Retrocediendo en el tiempo hasta el 4 de octubre cuando circulan secretamente dos escritos del senador chiapaneco Don Belisario Domínguez, impresos por una señorita de nombre María Hernández Zarco, que, como el autor, demuestra un desprecio absoluto de la vida.

  Estos escritos fueron presentados ante las Cámaras desde el 23 de septiembre, y como estas se negaron a recibirlos y menos aún a darles lectura en sesión, hoy el senador Domínguez los hace circular poniéndolos en conocimiento del dominio público.

  En estos documentos el senador Domínguez acusa a Victoriano Huerta de mandar asesinar a Madero y Pino Suárez para mediante sucias maniobras políticas entronizarse con el poder del Estado, usurpando una Presidencia que no le corresponde, y tildándolo de dipsómano, desequilibrado, asesino, traidor e inepto como gobernante.

  En el documento el senador Domínguez se refiere al informe de Huerta ante el Congreso de la Unión, como un cúmulo de falsedades robustecidas por la prensa “amordazada o cobardemente vendida al gobierno”.  Dice que el pueblo no puede resignarse a tener como presidente a Huerta, que se hizo del poder por medio de la traición y como primer acto al subir a la presidencia fue asesinar cobardemente al presidente y al vicepresidente legalmente ungidos por el voto popular.

  Observa que Huerta al prometer que hará la paz cueste lo que cueste, quiere decir que derramará torrentes de sangre mexicana, al mismo tiempo que provoca un conflicto con el pueblo de Estados Unidos en el que encontrarán la muerte los mexicanos sobrevivientes de las matanzas de Huerta y su diabólico lugarteniente Aureliano Blanquet, “porque esos desgraciados están manchados con el estigma de la traición”.

  Señala a la representación nacional, como única salvación, la urgencia de deponer a Huerta como Presidente de la República por ser “un impostor inepto y malvado” y convocar a los jefes revolucionarios ---para entonces ya se había generado la Revolución Constitucionalista--- para que designen delegados y elijan todos al presidente que convoque a elecciones presidenciales.

  El senador Belisario Domínguez, consiente de que le esperaba la muerte, formuló las requisitorias y escribió a un amigo, don Jesús Fernández, que sabía que tenía los días contados; le daba a guardar sus disposiciones testamentarias para entregarlas a su hijo Ricardo y se dispuso a esperar a los asesinos del chacal Huerta.

  Don Belisario Domínguez demostró hasta el último día de su vida su honradez, su valentía, su patriotismo y ser un hombre de una sola pieza, ya que pudiendo huir de sus potenciales asesinos e incorporarse a la revolución del norte, prefirió quedarse en su lugar y asumir valientemente la responsabilidad de sus acusaciones y de esa manera darle validez a las mismas y dejar constancia con su muerte al derecho de todos los mexicanos a tener gobernantes justos y honestos.  “Justos y honestos” lopitos, toma nota porque estos datos si son auténticos.

  Así las cosas, el día de ayer (octubre 7 de 1913) a las veintidos horas es aprehendido en el hotel Jardín de la ciudad de México el senador Belisario Domínguez.  Al salir dice al administrador del hotel que si lo busca su hijo le diga que se fue con los de la secreta.

  Una vez que dio lectura al discurso escrito por don Belisario Domínguez, el día 7 Huerta ordenó a Francisco Chávez organizar el asesinato y desaparición del doctor Domínguez.  Al día siguiente (hoy mismo) ya con esa orden, Chávez recurrió al teniente coronel Alberto Quiroz y Gabriel Huerta, este último sobrino del chacal.  Esa misma noche ambos, acompañados de Gilberto Márquez y José Hernández, se dirigieron al hotel Jardín y secuestraron al senador.  Luego lo subieron a un auto y lo llevaron al panteón de Coyoacán, donde Márquez le dispara un balazo en la parte posterior de la cabeza y, ya en el suelo, lo remató con dos disparos más; después lo medio sepultaron allí mismo y quemaron sus ropas.  Un año después, el 7 de octubre de 1914, ya bajo el gobierno constitucionalista, son inhumados los restos de don Belisario Domínguez en el panteón Francés de la ciudad de México en solemne ceremonia.

  Un rumor señala que el sicario huertista Aureliano Urrutia cortó la lengua al cadáver y se la envío a Huerta, otra versión indica que dicha muestra de crueldad fue hecha en vida delante del propio Huerta; la “verdad histórica” es que ambas versiones son sólo rumores inventados por la voz del pueblo.

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