5 de Octubre de 1812
Muerte del gran insurgente Don Valerio Trujano.
Breve biografía militar.
Hoy muere en el rancho de La Virgen,
lugar cercano a la población de Tepeaca, don Valerio Trujano combatiendo a los realistas
de don Saturnino Samaniego.
Valerio Trujano era
un arriero honrado, sencillo y profundamente religioso, a quien Morelos
comisionó para insurreccionar la Mixteca.
Habiendo reunido algunas partidas de insurgentes, decidió atacar a
Yanhuitlán, que defendía el jefe realista Regules con quinientos hombres; pero
fue rechazado.
Entonces reunió
fuerzas mayores, a quienes hizo prestar juramento de vencer o morir, tomando
así la plaza atacada, pero teniendo que retirarse por haber recibido órdenes de
Morelos de marchar en auxilio de Cuautla.
No habiendo podido
introducir víveres en esa población, después de varias correrías se apoderó
finalmente de Huajuápam. Pretendió
quitársela el realista Guenduláin; pero Trujano salió a su encuentro y lo
derrotó por completo, perdiendo allí la vida el jefe realista.
Esta acción que le
dio alguna notoriedad a Trujano, hizo que el gobierno virreinal destacara sobre
él un ejército de mil cien hombres y catorce cañones, al mando de Regules. Este estableció un cerco en toda forma en
torno de la villa de Huajuápam, emprendiendo obras de circunvalación, y dando
luego el ataque.
Trujano, que tenía un
gran sentido militar, había establecido una disciplina rigurosa en el
campamento, conservando a la guarnición siempre ocupada, mezclando los
ejercicios militares con prácticas religiosas que levantaban el ánimo de los
soldados. Abandonaban el lecho al
amanecer, oían misa ante una imagen de Cristo tenida por milagrosa, llamada “El
Señor de los Corazones”; y, después de confesar y comulgar, iban al combate
como cumplimiento de un deber.
Con las campanas del
pueblo hizo Trujano cañones, y las mujeres y niños fueron empleados en fabricar
proyectiles. Varios fueron los ataques
dados por los sitiadores realistas, y en que en algunos de ellos llegaron,
horadando las casas, al centro de la villa, siempre resultaron rechazados con
pérdidas.
El jefe realista aumentaba cada vez mas sus efectivos: pues recibía refuerzos y artillería de Oaxaca, en tanto que la situación de Trujano era cada día mas crítica, porque si bien es cierto que contaba con abundantes víveres, que eran distribuidos con el mayor cuidado, escaseaban las municiones. Afortunadamente pudo pasar un correo a Morelos , pidiéndole auxilio, y esto lo salvó.
Las fuerzas de Morelos se encontraban en Chilapa cuando recibieron la llamada de auxilio de Trujano e inmediatamente marchó el caudillo, con una parte de sus fuerzas, en auxilio de Huajuápam. Avisados los sitiados oportunamente, hicieron una salida al llegar Morelos, con lo que cogidos los realistas a dos fuegos, fueron derrotados por completo.
El premio de la
victoria, fueron: treinta cañones, mil fusiles, parque, víveres y dinero en
abundancia. Los realistas perdieron
cuatrocientos hombres, entre muertos y heridos y dejaron ciento setenta
prisioneros; el glorioso sitio de Huajuápam, duró ciento cinco días.
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