2 de Mayo de 1812
Rompimiento del
sitio de Cuautla.
Don José María
Morelos, después de apoderarse de las ricas haciendas cercanas a la ciudad de
Cuernavaca, donde adquirió elementos de importancia, consideró peligrosa la situación
ya que con la toma de Zitácuaro por los realistas quedaba el ejército del
realista Félix María Calleja para perseguirlo, y decidió marchar a Cuautla con
tres mil hombres para esperar allí la acometida de Calleja.
De inmediato se puso a trabajar y fortificar toda la ciudad aumentando
las obras de defensa comenzadas por don Leonardo Bravo, Jefe que era de la
plaza. Se levantaron trincheras y se
hicieron cortaduras en los puntos más convenientes, se abrieron troneras en los
conventos y en las casas principales y se mando que se juntaran la mayor
cantidad de víveres y forrajes.
Los tres mil hombres que Morelos contaba con sus respectivos jefes se
dividían en mil infantes y dos mil de caballería, regularmente armados, que se
fueron aumentando hasta llegar a cuatro mil con los hombres que don Francisco
Ayala y el teniente coronel Cano se le unieron en ese punto.
Al amanecer del día 18 de febrero, una polvareda que se alzaba sobre el
camino Real de México, hacia el norte, anunció a los independientes que el
ejército de Calleja llegaba frente a Cuautla.
El ejército de Calleja, reunido por el virrey don Francisco Javier Venegas
en México contaba con cinco mil hombres, que algunos días después ascendió a
siete mil con la incorporación de las tropas del brigadier Llano; Los mejores
batallones con que contaba el ejército español en la Nueva España marchaban
rumbo a Cuautla seguros de su triunfo.
El día 19 de febrero a las siete de la mañana se rompió el fuego y se
inició el asalto de los realistas a Cuautla durando hasta las tres de la tarde,
cuando los hombres de Calleja tuvieron que retirarse completamente derrotados
después de ser rechazados continuamente con grandes pérdidas en hombres y
pertrechos, así como la muerte de tres de sus principales jefes.
Los insurgentes tuvieron que pelear contra un triple ejército bien disciplinado
y bien armado, que no pudieron con el valor y entereza de los hombres de
Morelos que acaudillados principalmente
por don Hermenegildo Galeana propinaron un fuerte golpe al orgullo del
invicto Calleja, que al ver a sus soldados huir hacia sus posiciones iniciales,
decidió no ordenar más asaltos a las posiciones insurgentes y establecer sitio
a la plaza indicando a sus subalternos que éste no podía durar más de diez días.
Después de
setenta y dos días de sitio, Morelos y su gente logran evacuar la población de
Cuautla, en medio del mayor silencio, conforme a las órdenes de Morelos. Los
realistas tardan algún tiempo en descubrir lo que ocurría atacando tardíamente
a los fugitivos. A pesar de ello, la mayoría de los defensores de Cuautla pudo
escapar, pereciendo la gente indefensa que los acompañaba.
Una vez abandonada la ciudad de Cuautla por los insurgentes, fue
dispuesto inmediatamente por Calleja que fuera ocupada por el coronel José
María Echegaray, que siguiendo las órdenes de Calleja (que aún no se reponía de
su sorpresa por la salida de Morelos a quien ya daba por prisionero o muerto)
fusilara a todos los habitantes que encontrara y quemara la población para que
sirviera de ejemplo a los demás pueblos que se resistían a las fuerzas españolas
y prestaban ayuda a los insurgentes.
Fue así como terminó el famoso y heróico sitio de Cuautla que dio
comienzo el 19 de febrero y terminó el 2 de mayo, setenta y dos días donde
siempre fueron rechazados los ataques de Calleja que hicieron despertar en este
general un odio irracional contra los mexicanos y muy especialmente contra
Morelos y los insurgentes.
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