8 de Mayo de1846
Se inicia la
invasión angloamericana
Primera batalla
Al avanzar las fuerzas angloamericanas del general Zacarías Taylor, ya en territorio mexicano, la caballería exploradora mexicana se replegó sobre Matamoros donde se reunieron 5,200 hombres con 26 cañones, bajo el mando del general Mariano Arista, nombrado General en Jefe. Este formó el plan de cortar las comunicaciones de los angloamericanos por sorpresa, entre el frontón de Santa Isabel y el fuerte Brown; este fuerte fue edificado por los yanquis en la llanura colindante al Río Bravo en lo que ahora es la ciudad fronteriza de Brownsville.
Para realizar este plan era necesario atravesar el Río Bravo, pero la falta
de embarcaciones hizo que se perdiera un día entero en esta maniobra, Por lo
que no fue posible sorprender al enemigo ni mucho menos cortarle sus
comunicaciones. Y así el jefe
angloamericano pudo reunir sus fuerzas en el Frontón de Santa Isabel, encontrándose
ambos ejércitos, el yanqui invasor con dos mil trescientos hombres y 20 cañones
y el mexicano, con tres mil hombres y doce cañones, en la llanura de Palo Alto
este día 8 de mayo de 1846.
La acción comenzó a las dos de la tarde y duró cinco horas, y se redujo
a estériles tentativas de las fuerzas mexicanas para cortar y envolver a los
invasores yanquis, los que se defendieron y conservaron sus posiciones, debido
principalmente al fuego de su artillería, que imposibilitó todo ataque formal
de los mexicanos.
En la mañana del día siguiente el ejército mexicano se retiró con rumbo
a Matamoros. Las pérdidas mexicanas en
Palo Alto, entre muertos, heridos y dispersos, fueron de doscientos cincuenta y
dos hombres, en tanto que los angloamericanos, debido al superior alcance de su
artillería, sólo tuvieron cuarenta muertos y sesenta y cinco heridos; En este
combate es hecho prisionero el general Romulo Díaz de la Vega al acometer
contra los yanquis cubriendo la retaguardia del contingente del general Arista.
Taylor marchò en seguimiento de Arista y éste lo espero en un punto
llamado Resaca de Guerrero o Resaca de la Palma. Sin embargo, el lugar estaba mal y muchos cuerpos de infantería se quedaron
sin tomar parte en la acción por la topografía del terreno, no había reservas y
la izquierda de la línea de batalla, que fue la verdaderamente invadida por el
enemigo, carecía de resguardo y de los defensores necesarios, y para colmo de
la impericia y el descuido, las tropas mexicanas hacía treinta horas que no
tomaban alimentos, y el general Arista, no obstante de los repetidos avisos de
la aproximación del enemigo, se obstinó en creer que se trataba de simples
reconocimientos y escaramuzas y no dictó órdenes, ni salió personalmente a la
línea de fuego, sino cuando el combate se había convertido en la más espantosa
derrota, dispersándose el ejército mexicano con pérdida de toda la artillería y
las municiones restantes.
Con los escasos restos de sus fuerzas llegó Arista a Matamoros,
disponiéndose después a abandonar la plaza por haberse declarado indefendible con
tan pocos elementos, por lo que el día 18 se evacúa la plaza, dejando
abandonados a los heridos, algún armamento de infantería, municiones y tres
cañones que cayeron en poder del enemigo. Después de estos sucesos se mandó
procesar al general Arista, retirándose las fuerzas mexicanas hasta Monterrey,
poniéndose al frente de ellas el general Pedro Ampudia, nombrado General en
Jefe.
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