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lunes, 2 de enero de 2023

EFEMÉRIDES MEXICANAS // Rafael Urista de Hoyos


  de Enero de 1820

Rebelión constitucionalista en España

Preludio de la independencia latinoamericana

  El año abre con una rebelión dirigida en Las Cabezas de San Juan (provincia española) por el comandante Rafael del Riego, quien exige al rey la restitución de la Constitución de Cádiz de 1812.  La sublevación se inicia con la captura del general Félix María Calleja, quien preparaba una expedición para controlar los territorios españoles de América.

  El descontento del pueblo en torno del gobierno absolutista del rey Fernando VII estalló finalmente. Si bien durante la guerra de independencia española contra la invasión francesa de Napoleón Bonaparte se había enarbolado la Constitución y las Cortes de Cádiz como la voz de los patriotas, su regreso al poder (de Fernando VII) representó la contrariedad por la vuelta al absolutismo, al derogar la Constitución en mayo de 1914.

  Pero desde hace algunos meses, se sabe que algunos grupos liberales se reunían en forma secreta para pedir la restitución de aquella norma.  En uno de ellos estaba el comandante Rafael del Riego quien se encontraba al mando del Batallón de Asturias y se preparaba, bajo las órdenes del general Félix María Calleja, para una expedición contra las sublevaciones de las colonias de América.  El general Calleja, quien fuera virrey de la Nueva España, organizaba por órdenes del rey Fernando VII este ejército de veinte mil hombres contra los intentos independentistas y mandó trasladar este enorme ejército a la provincia de Las Cabezas de San Juan.

  El golpe de Don Rafael Del Riego se produce este día primero de enero, cuando éste arengó a su División a unírsele por la restitución de la Constitución de Cádiz con las siguientes palabras:  “Es de precisión para que España se salve que el rey nuestro señor jure la ley constitucional de 1812, afirmación legítima y civil de los derechos y deberes de los españoles.  ¡Viva la Constitución!”.

  El comandante Del Riego tuvo buena respuesta por parte de sus soldados y partió rumbo a Arcos de la Frontera, donde se encontraba el general Calleja, a quien tomó por sorpresa y capturó.  También hizo prisioneros a los generales, Blanco, Salvador y Fourás.  En ese lugar se le unieron los batallones de Arcos y Sevilla.

  La gravedad de la situación estriba en que además de tratarse de una sublevación contra el absolutismo del rey Fernando VII, a quien piden jurar la Constitución de Cádiz de 1812, también en la práctica se disolvió la división del ejército que se iba a enviar para recuperar el control de las colonias españolas en América.

  En medio de fuertes disputas palaciegas por el descredito del absolutismo, la consigna del restablecimiento de la Constitución de 1812 se empalmo con el descontento del pueblo peninsular contra Fernando VII y se transmitió a las tropas reales que estaban a punto de embarcarse a América. 

  Hay acantonados cerca de veinte mil soldados para llevarlos al Río de la Plata, en condiciones deplorables, en naves insalubres y medio podridas que no garantizan la travesía y sin seguridad de fondos para el pago de las campañas militares; acaudillando el descontento, Del Riego partió de Las Cabezas de San Juan rumbo al cuartel general establecido en Arcos.

  Al mismo tiempo, el general Antonio de Quiroga, quien se evadió de la prisión de Alcalá de los Gazules, se puso en marcha al mando de los batallones España y La Corona y se hizo fuerte en la isla de León, pues no pudo tomar Cádiz, donde se le sumaron siete de los batallones que partiría a América; restableció la Constitución en Jerez y el Puerto de Santa María y se apoderó de la artillería de La Carraca.  Se le sumo el batallón de Las Canarias y varios oficiales.  Al contar con esas fuerzas, enviaron 1600 hombres al comandante Del Riego para recorrer el país y extender la Revolución.

  En abril 12 la Gaceta de Madrid publicó que Fernando VII juró la Constitución de Cádiz y anunció que convocara a elecciones de Cortes.  Así mismo, llego la noticia de que en La Habana también se proclamó la Constitución.  Para los independentistas y para los españoles liberales son acontecimientos positivos porque esperan que también se jure en la Nueva España, y que ayude a conseguir la consumación de la tan ansiada independencia.

  En abril 15 de 1820 se ordenó que los decretos de las Cortes Generales Extraordinarias y Ordinarias que se dirigieron a todos los ministros y gobernantes de las provincias de ultramar quedaran establecidos. Así que los decretos aprobados por las Cortes de Cádiz en 1812, que habían sido revocados a su regreso de la prisión de Bayona, Francia, fueron restaurados por el rey Fernando VII.

  Contrario al júbilo de los insurgentes, esta el descontento de los conservadores, el exvirrey y hoy Jefe Político y el clero, así como de ricos comerciantes contrabandistas para quienes no es una noticia favorable porque saben de antemano que esto beneficia al movimiento de independencia y libertad, lo que limitará, y aún extinguirá, el poder que hoy ellos ejercen.

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