1º de Enero de 1880
General Rodolfo Fierro
Semblanza Geográfica.
El general Rodolfo Fierro nació en Fuentes, Sinaloa, y
como se desconoce la fecha exacta de su nacimiento y sólo se cuenta con el año
de este, lo colocamos en el día primero de ese año; dedicándose de joven a ser
garrotero de ferrocarril.
Su entrada a
la Revolución data de septiembre de 1913, aliado de Tomás Urbina en las filas
de la División del Norte comandada por el General Francisco Villa. En un principio fungió como pagador, pero en
noviembre participó en su primer hecho de armas, al lado de Martín López. Poco después fue nombrado comandante del
Cuerpo de Guías, y pronto se distinguió por su intrépida valentía y su lealtad.
A su gente se le
asignaba las empresas más arriesgadas, participó brillantemente en la batalla
de Tierra Blanca, la más emblemática de la Revolución Mexicana, y fue tal su
desempeño que Villa lo nombró el primero de sus “dorados, la escolta personal
del general Villa encargada de velar por su seguridad. Rodolfo Fierro participó
destacadamente en las batallas más difíciles de la campaña contra Huerta,
distinguiéndose en las tomas de Ciudad Juárez, Chihuahua, Torreón, San Pedro de
las Colonias, Paredón y Zacatecas.
Acompañó a
Villa en la Convención Revolucionaria de Aguascalientes, y permaneció fiel a él. Tenía una innata disposición de verdugo pues
en vez de ejecutar órdenes de fusilamiento el mataba personalmente a los
prisioneros sentenciados al paredón; así asesinó a William Benton, ciudadano
inglés cuya desaparición provocaría más tarde un conflicto diplomático con
Estados Unidos e Inglaterra; y a Tomás Urbina, general villista que tenía
tratos con el enemigo para traicionar a Villa.
Fierro tenía
muchos vicios que desagradaban al general Villa, principalmente el alcohol, pero
lo soportaba porque era uno de sus lugartenientes de mayor lealtad aparte que
como soldado en las batallas no había quien lo igualara; nunca se le conoció
infidencia alguna y para el general Villa era un dorado doble 100, es decir,
100% lealtad y 100% capacidad.
Su actuación
en la campaña contra Carranza ya no fue tan brillante; en enero de 1915 fue
derrotado en Guadalajara, en el combate de León, Gto., intento, sin consultar
con su superior, tomar el cerro de La Cruz; el resultado fue que sacrificó a
muchos de los dorados, Villa, furioso, mandó aprehenderlo y fusilarlo. Se salvó de la muerte porque estando herido
de bala fue enviado a Chihuahua en calidad de prisionero. Cuando se recuperó, la División del Norte
estaba en decadencia por lo que fue perdonado y readmitido. En los combates del Bajío demostró una vez
más sus aptitudes de gran guerrillero para acciones estratégicas; logró
interceptar parte de las líneas de comunicación de Obregón.
Después de ser
herido en la batalla de Trinidad derrotó al general Manuel M. Diéguez en Lagos,
y por un ingenioso ardid logro ocupar León, Gto., de donde se dirigió a Pachuca
y luego a la ciudad de México, que tomó por varios días a mediados de 1915. Regresó al norte fortalecido por las fuerzas
de Juan Banderas “El Agachado”, situándose en la retaguardia de Obregón, pero
fue derrotado por Amaro en Salvatierra y en Valle de Santiago.
Su temeridad
lo llevó a la muerte en octubre de 1915 al querer atravesar la Laguna de Guzmán
en Casas Grandes, Chih. Por el centro en vez de rodearla como lo estaban
haciendo sus demás fuerzas. Es una
imprudencia de borracho, pero no hubo modo de impedir tal temeridad; el caballo
camina con torpeza al no encontrar piso firme pues en ese tiempo la laguna
estaba convertida en un gran pantano, y como avanza se va hundiendo. Fierro comienza a hacer esfuerzos por
continuar, pero de improviso se zafa de la noble bestia, y esta, al patalear, golpea
fuertemente a Fierro en la cabeza y ya sin sentido se hunde rápidamente en el
pantano, probablemente ya muerto por las patadas del caballo.
Algunos historiadores
noveles y un tanto ligeros al escribir aseguran que el general Rodolfo Fierro
se hundió en la laguna por el tremendo peso que llevaba en forma de monedas de
oro, pero lo rigurosamente cierto es que al cadáver sólo se le encontraron unas
cuantas monedas alojadas en el cinturón que llevaba en la cintura y que era uno
de esos llamados “víboras”. Su paso por
la Revolución se inició con el general Villa y con el terminó, nunca tuvo
contactos o intentos de filiación con ningún otro jefe revolucionario.
Le toca a
Rodolfo Fierro conquistar una triste fama: la de sanguinario y feroz, pero es un
tipo de acuerdo con su época; feroces los hubo en distintos grados superlativos
sin su capacidad y sus otras cualidades; Fierro tenía, por lo menos, la del
arrojo, la valentía y la de la lealtad, el tributo más estimable entre los
hombres.
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