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lunes, 2 de enero de 2023

EFEMÉRIDES MEXICANAS // Rafael Urista de Hoyos


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 de Enero de 1521

Cuauhtémoc.  Último Emperador Azteca.

  En enero de 1521, es electo el onceavo y último Tlatoani (emperador) de los aztecas, Cuauhtémoc (águila que cae).  Era hijo de Ahuizotl, octavo emperador azteca, y de la princesa Tilalcapatl.

  Era de un valor indomable y de carácter enérgico.  Ante la situación que corría su patria, envió embajadores a otro Señoríos (reinos) para combatir al común invasor, más, estos, por envidia de su grandeza y por odio que profesaban a sus sojuzgadores aztecas se negaron a prestarle ayuda, resolviendo Cuauhtémoc sacrificarse con sus leales mexicanos y combatir a los invasores españoles.

  Enseguida dispuso el adiestramiento del ejército para hacer frente a la amenaza española, puesto que Cortés había dispuesto la marcha hacia Tenochtitlan y se había asentado en Texcoco.  Cortés se entrevistó con Cuauhtémoc pidiéndole se sometiera a fin de evitar la destrucción de la ciudad, pero el joven Tlatoani se negó; luego informó a los suyos que se disponía a defender la religión, la patria y las familias.

  Cortés inició el sitio de la ciudad por tierra y por agua, pues había fabricado una serie de bergantines (velero pequeño y rápido de dos palos) para hacer frente a cientos de canoas aztecas.

  Los combates librados durante los largos días que duró el sitio, setenta y tres de junio 1º a agosto 13, constituyen uno de los momentos mas emocionantes de la historia de la humanidad, por los actos de valor desplegados en uno y otro bando como por la heroica resistencia de los mexicas, que encabezados por su Tlatoani hacían frente a la fuerza devastadora de las armas españolas, tecnológicamente muy superiores a las suyas; además, las tácticas militares de los aztecas, que pretendían ante todo hacer prisioneros, principalmente a Cortés, eran impotentes para detener a los españoles, cuya acción militar tenía como objetivo matar al contrario.

  Cortés y los suyos arrasaron literalmente a la Gran Tenochtitlan, a la que además hicieron padecer hambre y sed bloqueando el paso de alimentos y segando los acueductos que suministraban agua potable. El 13 de agosto de 1521, cuando la resistencia alentada por Cuauhtémoc se mostró inútil, el propio Tlatoani comprendió que debía escapar para mantener viva la lucha desde otra parte.  Se embarco luego en una canoa, pero fue alcanzado y capturado.

  Presentado ante Cortés, Cuauhtémoc pronunció estas palabras: “Malinche, he hecho lo que estaba obligado ha hacer en defensa de mi ciudad y vasallos y puesto que no puedo más, vengo por fuerza preso ante tu persona y poder.  Toma luego ese puñal que tienes en el cinto y mátame”.

  Conmovido ante la derrotada pero altiva y heroica figura de Cuauhtémoc, Cortés le perdonó la vida y lo hizo prisionero; condición en la que el caudillo permaneció casi cuatro años.  Durante ese lapso Cuauhtémoc fue sometido a crueles tormentos, como el de quemarle los pies para obligarlo a confesar donde estaba el cuantioso y supuesto tesoro de los aztecas, que no existía.

  Cuando Cortés emprendió una expedición a Las Hibueras (actual Honduras) para castigar a uno de sus subordinados, decidió llevar consigo a Cuauhtémoc.  Las inclemencias del camino, la mala preparación de la campaña, los percances, la hambruna y el temor a una sublevación de los aztecas, que se decía pretendían matar a Cortés y recuperar el trono para su Tlatoani Cuauhtémoc, decidieron al conquistador a ejecutarlo.  Cuauhtémoc el último Tlatoani azteca fue ejecutado en Itzancanc Honduras el 26 de febrero de 1525 Este día marca la muerte del gran Emperador azteca Cuauhtémoc, ya que es cruel e injustamente ahorcado por orden de Cortés junto con Tetlepanquetzal, Señor de Tacuba y otros Señores mexicanos.  Estos asesinatos constituyen una gran mancha en la memoria de Hernán Cortés, ya que no tenía ningún motivo para ordenar tan crueles ejecuciones indignas para aquel que se preciaba de ser todo un honorable caballero español.

  Bernal Díaz del Castillo, autor de “La Verdadera Historia de la Conquista de la Nueva España”, dejó escrito en su monumental obra:  “y fue esta muerte que les dieron muy injustamente dada, y pareció mal a todos los que íbamos en aquella jornada”.

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