Columna
Iniciadas las
pre campañas para elegir en tiempo y forma las candidaturas oficiales, dentro de
un proceso democrático que de suyo nada tiene porque unos fueron impuestos y otros
se autoproclamaron, las huestes arrancaron desde la semana pasada con el
reparto de volantes y pega de calcas.
En otras
palabras la flecha ya tiene destino y los ungidos nada más esperan los tiempos que
marca la Ley Electoral para hacer oficial las campañas de promoción al voto que
prevalecerán hasta días antes de los comicios del 4 de Junio.
Lo interesante
de este proceso político-electoral en el cual está el futuro de
Coahuila los siguientes seis años, son los personajes que disputan el poder
estatal. Para ningún coahuilense les resulta desconocido el nombre y apellido
de los cuatro pre-candidatos, porque a la hora de votar lo harán más por la imagen
de la persona que al partido que representan.
Del PRI que
va de la mano con el PAN y el PRD, no se tiene duda, mucho menos de MoReNa actual
partido enquistado en el poder nacional, mismos que con candidatos propios han
competido por presidencias, gubernaturas, diputaciones y senadurías.
Lo contrario
ocurre con la UDC, el Verde Ecologista y el Partido del Trabajo cuya sobrevivencia
se la deben a las coaliciones entre sí y con los de mayor peso electoral -salvo
honrosas excepciones-, que a juicio propio estas ´uniones pasajeras´ deberían cancelarse
por la incongruencia de sus propias ideologías que sustentan de origen, conocidos
por la voz popular como ´partidos satélites´.
Pero bueno,
sin menospreciar, subestimar ni quitar méritos a los partidos en cuestión, lo
cierto es que Manolo, Guadiana, Lenin y Mejía están de moda en las conversaciones
de hoy, no tanto como la interpretación musical de Shakira dedicada a su ex Piqué desde
luego, pero aquí en Coahuila hasta las encuestas ya empezaron a saturar las redes
sociales.
¿Quién
ganará?, la respuesta la tendrá el electorado el 4 de Junio.
Sin embargo,
en el medio juego del ajedrez político, donde se fraguan las combinaciones más
inteligentes que llevan siempre a un final feliz en toda partida, los ataques
impulsivos carentes de proyectos, de un plan o una estrategia no es el camino a
la victoria, es más bien de perdedores.
En ese
sentido los asesores y consejeros políticos deben cuidar no solamente la imagen,
sino también las palabras que salen de la boca de los “mesías” para evitar pobreza
y mediocridad en sus pensamientos, porque de dimes y diretes el pueblo ya está
harto.
Sin embargo,
aunque para muchos parezca demagogia, los buenos discursos avalados con proyectos
a tierra firme, promesas alcanzables y un entorno donde vivir en paz y seguridad,
dice más y alienta las esperanzas de una mejor calidad de vida en la ciudadanía
que una campaña de desprestigio, insultos, vituperios, calumnias, odio y resentimiento.
Cierro con
esta frase:
“Un político
es el tipo que tiene soluciones cuando está en la oposición y problemas cuando
está en el gobierno”: Jaume Perich.
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