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lunes, 2 de enero de 2023

EFEMÉRIDES MEXICANAS // Rafael Urista de Hoyos


2
 de Enero1924

Felipe Carrillo Puerto

Juicio y Asesinato

  Desde que fue aprehendido Felipe Carrillo Puerto, telegrafió don Adolfo de la Huerta al gobernador de Yucatán, coronel Juan Ricárdez Broca, que respetaran la vida del prisionero.  Envió asimismo a Gustavo Arce con instrucciones precisas de que lo llevara a Veracruz al término del proceso que se le instruye.

  Pero resulta que el movimiento de Yucatán, aunque se ha sumado al delahuertismo, aparece ahora como un conflicto local, pues, el señor De la Huerta no tenía noticia de que esos sublevados estarían dispuestos a secundarlo; hasta entiende que el general Guadalupe Sánchez, jefe militar del movimiento delahuertista, nunca los invitó a adherirse al movimiento.

  El gobernador de Yucatán, Ricárdez Broca, se ha disculpado ante De la Huerta, a quien ha escrito para explicarle que, de hecho, aunque gobernador del Estado, es un prisionero del jefe del 18º batallón sublevado, el general Hermenegildo Rodríguez, jefe de la guarnición de Mérida y quien está al servicio de los grandes capitalistas del Estado.

  La única orden de Ricárdez Broca que el general Rodríguez con su repulsiva cara obedece, es la de convocar al personal del juzgado de instrucción militar para que en un consejo de guerra se juzgue a los detenidos, en lugar de fusilarlos sin formación de causa como era la intención de los desalmados capitalistas henequeneros.

  Se trata de un Consejo de Guerra extraordinario y sumarísimo en el local de la escuela de la penitenciaría de Mérida y se inicia hoy miércoles día 2 de enero de 1924 a las diez de la mañana.

  El expediente ha sido formado por el delito de violación de garantías individuales (hoy son derechos humanos) que otorga la Constitución General de la República y delitos graves contra la paz pública, esto último por un levantamiento de los habitantes de Motul con objeto de liberarlo encabezado por su hermana Elvia.

  Finalmente, el jurado inicia sus deliberaciones y al término de las mismas y, por unanimidad de votos, pide la pena capital para los reos influido por los grandes capitalistas terratenientes, y por intereses relacionados con la reacción yucateca.

   La inconformidad del gobernador coronel Ricárdez Broca, la acallan los oficiales del 18º batallón reduciéndolo a la impotencia pistola en mano.  A punto de ser asesinado también, el gobernador se limita a dar disculpas a De la Huerta por su fracaso de detener la mano asesina y enviarle a Carrillo Puerto con el licenciado Arce, según sus instrucciones.

  A las cuatro y media de la madrugada del día siguiente, 3 de enero, son sacados de dos en dos de la penitenciaría de Mérida. Yucatán, Felipe, Benjamín, Edesio y Wilfrido Carrillo Puerto; Licenciado Manuel Berzunza, Julián Ramírez, Rafael Urquía, Daniel Valerio, Antonio Cortés, Lázaro Cecilio y Pedro Ruiz.

  En dos grupos, se les introduce en dos camiones y escoltados por veinte hombres del 18º batallón y por varios jefes y oficiales, y se les conduce al cementerio.  Allí, frente al paredón situado en la entrada oriente, a pocos metros del edificio del despacho de la administración, se consuman las ejecuciones.

  El licenciado Berzunza pide se le fusile sólo, pero no se accede.  Urquía manifiesta ser inocente de todo.  Benjamín Carrillo Puerto pide le tiren al corazón.  Felipe Carrillo Puerto no emite una sola palabra.  Todos mueren con valor.  El cadáver de Felipe queda recostado sobre el muro.  Marciano Barrientos, a su derecha, es desfigurado por una bala que le toca en el rostro.  A los pies de Barrientos yace el cadáver del licenciado Berzunza.  Wilfrido Carrillo Puerto queda encima de su hermano Benjamín.  Todos reciben el tiro de gracia, en la cabeza unos, en el corazón los otros.

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