16 de Enero de 1826
El General Mariano Escobedo
Semblanza Biográfica.
Mariano Antonio Guadalupe
Escobedo Peña nació el 16 de enero de1826, en la misión de San Pablo de los
Labradores, actual municipio de Galeana, en Nuevo León. Fue el hijo más pequeño de los seis que tuvo
el matrimonio formado por don Manuel Escobedo y doña Rita Peña.
Las actividades del campo, como la
agricultura y la arriería, eran las que daban sostén a la familia Escobedo
Peña, por lo que Mariano vivió su infancia y juventud en un contexto familiar
con una situación económica desahogada.
Recibió sus primeras lecciones con una maestra de su pueblo. Como todos los niños de su época aprendió a
leer, a escribir, las cuatro reglas de la aritmética y el catecismo de Ripalda.
El hecho de que su familia gozará de
comodidades no impidió que sus padres cultivaran en él la responsabilidad de
tener un trabajo, por lo que Mariano se dedicó al negocio familiar,
especialmente el comercio y la arriería.
La invasión angloamericana que sufrió el país
en 1846 -1848 se caracterizó, entre otras cosas, por ser un semillero de
militares. Mariano Escobedo fue parte de
esa generación que tomó las armas en defensa de nuestro territorio, comenzando
así su trayectoria militar.
Con apenas 20 años de edad se presentó ante
el capitán Francisco Martínez Salazar para incorporarse a la Guardia Nacional
que éste mandaba y que se formó en Galeana al recibir la noticia del inicio de
la guerra. Con el empleo de alférez
marchó a Monterrey y allí recibió su bautizo de fuego en la batalla que tuvo
lugar entre el 21 y el 24 de septiembre de 1846, en donde combatió bajo las
órdenes del general Pedro de Ampudia.
No debió ser fácil para el joven enfrentar a
las tropas del experimentado general estadounidense Zachary Taylor; aunque no
sería la última vez que tendría que hacerlo.
Entre los hechos de armas en los que demostró
su talento natural para el combate durante la campaña contra el ejército
angloamericano, está la captura que hizo en Galeana de 37 yanquis a quienes
puso a disposición del gobierno. Para
1847 se encontró en La Angostura en la que participó en la memorable batalla
del 23 de febrero. En el teatro de la
guerra los caminos se cruzan: en esa ocasión, la fuerza en la que marchaba
estaba dirigida por el general Antonio López de Santa Anna, a quien saldría a
combatir años después.
El escenario político nacional a mediados del
siglo XIX estaba envuelto en constantes pronunciamientos y asonadas, En 1854 el
cacique Juan Álvarez, junto a otros militares del sur del país, organizaron un
movimiento revolucionario en contra del gobierno de Santa Anna que tuvo
importantes repercusiones en el noreste.
De esta forma se inició una serie de combates
en loa que Mariano Escobedo tomó parte.
Ya con las ideas liberales arraigadas en su mente, se incorporó a las
fuerzas militares de Santiago Vidaurri.
En ese momento tuvo como compañeros de armas a otros militares que
comenzaban a tener renombre en la región, entre los que se encontraban Ignacio
Zaragoza y José Silvestre Arramberri.
Todos ellos formaron parte de la Guardia Nacional que tenía al frente al
general Juan Zuaza.
Durante la guerra de Reforma su campo de
actividad se extendió al interior del país y en la campaña que emprendieron los
liberales estuvo bajo las órdenes del general Santos Degollado. Por rencillas entre éste y Santiago Vidaurri,
se vio en la necesidad de tomar partido entre uno y otro y decidió permanecer
con Degollado, por lo que se fracturó la relación con Vidaurri.
Al iniciar la guerra de invasión francesa en
1862, su antiguo compañero, el general Ignacio Zaragoza, le solicitó que se
incorporase el Ejército de Oriente que era bajo su mando, para combatir a las
tropas francesas que se encontraban en Veracruz y avanzaban hacía el centro del
país. Mariano, que en ese momento tenía
el grado de coronel, acudió al llamado de Zaragoza y tomó nuevamente las armas.
En todo el año de 1862 se mantuvo activo y se
le mencionaba en los partes de guerra, como el de las Cumbres de Acultzingo, y
en la batalla del 5 de mayo, donde se encontraba en las filas de la brigada de
San Luis al mando del general Santiago Tapia.
El año de 1863 fue muy importante en su
trayectoria debido a su desempeño en el sitio de Puebla. Entre marzo y mayo ascendió a general de
brigada. Para 1864, en el noreste, los
refuerzos del cuerpo expedicionario francés se ponían en marcha tierra adentro
por el puerto de Tampico. Escobedo
recibió la noticia en Tabasco y sintió la necesidad de salir a defender el
territorio que comprendía los Estados de Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila.
El año 1866 fue decisivo para la causa
liberal ya que comenzaron los triunfos de la causa republicana de los que
Mariano Escobedo no fue ajeno ya que sus triunfos en las batallas de Santa
Isabel, Coahuila y Santa Gertrudis, en Tamaulipas, fueron un golpe importante
para el emperador Maximiliano de Habsburgo ya que ocasionó la capitulación de
las principales plazas imperialistas del noreste, iniciándose así la
desocupación militar de esa parte del país por parte de los imperialistas que
para entonces ya no contaban con el apoyo de las tropas francesas.
Por todo lo anterior, en la última etapa de
la guerra contra el ejército imperialista, Juárez no dudo en entregarle el
mando del ejército de operaciones, que comprendía las fuerzas de los Estados de
Querétaro. Guanajuato, San Luis Potosí, Zacatecas y Aguascalientes, además con
el que ya tenía como general en jefe del Ejército del Norte y ya con el grado
de General de División iniciaba 1867, un año que sería decisivo para la causa
liberal.
Para la batalla final del imperio,
Maximiliano de Habsburgo se dirigió a Querétaro acompañado de los generales
Tomás Mejía, Miguel Miramón, Ramón Méndez, Severo del Castillo, Leonardo
Márquez y Santiago Vidaurri, quienes prepararon la plaza.
Posteriormente llegó Escobedo con las fuerzas
a su mando, las cuales superaban en número y adiestramiento a las del
emperador. Además, cubrió la línea entre
Querétaro y San Miguel de Allende, Guanajuato, así como el camino de la ciudad
de México a Querétaro. Se sentía con
mucha confianza y sabía que era el momento de acabar con la guerra y el
imperio.
El sitio se inició el 8 de marzo de
1867. Por casi setenta días la ciudad
sufrió no sólo el fuego de artillería, sino también el hambre y la falta de
víveres, aunado a los cientos de heridos en las calles, lo cual conformaba una
escena terrible. Sin embargo, los
republicanos mantenían el ánimo, especialmente en el cuartel general. A principios de mayo el general en jefe sabía
que era cuestión de días apoderarse de la plaza, lo que sucedió el 15 de mayo a
las tres de la mañana.
Sostener el sitio era ya imposible porque los
republicanos atacaban por todos lados y habían llegado hasta el Convento de la
Cruz, donde se encontraba el cuartel general de Maximiliano. Ante la situación, el emperador, junto con
algunos de sus oficiales, se traslado al Cerro de las Campanas donde finalmente
ocurrió su captura.
Con la toma de Querétaro había caído el
imperio. El gobierno republicano ordenó
que se iniciara un proceso judicial contra los tres principales prisioneros, es
decir, el emperador Maximiliano y los generales Tomás Mejía y Miguel Miramón,
el cual concluyó con la sentencia de fusilamiento de los tres. Finalmente, el 19 de julio de 1867 el
emperador y sus dos principales generales fueron fusilados en el antes
mencionado Cerro de las Campanas.
Mariano Escobedo, al finalizar el conflicto,
solicitó la separación del servicio militar con la intención de dedicarse a su
familia y a las actividades campestres. No obstante, fue nombrado jefe de la
tercera división del ejército, que tendría como función principal defender las
instituciones republicanas.
Como lo hizo a lo largo de su carrera, se
mantuvo fiel a Juárez hasta la muerte de éste en 1872. Más adelante incursionó en la administración
pública cuando, en 1868, fue electo gobernador de San Luis Potosí, puesto en el
que fue reelegido en 1872. Más tarde
ocuparía otros cargos: fue senador por los Estados de San Luis Potosí y
Querétaro, así como ministro de guerra en el gobierno de Sebastián Lerdo de
Tejada; Más tarde ocupó el cargo de presidente de la Suprema Corte de Justicia
Militar.
El general Mariano Antonio Guadalupe Escobedo
pasó los últimos años de su vida en una casa que tenía en Tacubaya, en la
ciudad de México, donde vivía con su familia; no tenía otras posiciones ni era
un potentado adinerado, sólo su modesta casa y el amor de su familia, Finalmente, la madrugada del 22 de mayo de
1902 dejó de existir el arriero de Galeana que hizo caer a un imperio.
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