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viernes, 24 de junio de 2022

EFEMÉRIDES MEXICANAS // Rafael Urista de Hoyos


24
  de Junio de 1914

 Consideraciones finales sobre la batalla de Zacatecas.

  El asalto y toma de la plaza de Zacatecas es particularmente notable porque es el encuentro que más se aproxima, en todas sus fases, a la batalla completa.  Sus resultados desastrosos para los federales constituyeron el más formidable golpe que desmoronò el gobierno del usurpador Victoriano Huerta.

  Dicha batalla presenta todas las fases:  Reconocimientos preliminares, tomas de contacto con el enemigo, estrechamiento del cìrculo del sitio, distribución ordenada de las tropas, elección de posiciones y establecimiento meditado de la artillería;  empleo eficasìsimo de èsta para apoyar el avance de las otras armas, elección de un frente principal de ataque y de una reserva, desrrollo regular y previsto de la batalla, asalto metodizado de las posiciones, esfuerzo final y persecución, tan eficaz, que la reserva aniquilò a las tropas en su retirada.

  La calidad de las posiciones de la defensa presentaban un aspecto inexpugnable, y los efectivos combatientes eran:  12,000 hombres defendían la plaza en bien elegidos atrincheramientos;  20,000 revolucionarios la sitiaban para asaltarla;  Fueron tomados seis cerros atrincherados en nueve horas de lucha.

 La derrota inflingida al ejército de Huerta en Zacatecas tuvo tal resonancia y causò tal quebanto en la moral del enemigo, que èste inició la retirada general de sus tropas.

  La Divisiòn del Norte pudo marchar triunfalmente hacia la capital de la República, y ya se aprestaban cinco brigadas mandadas  por el general Àngeles, para marchar sobre Aguascalientes, cuando una orden inesperada del general Villa ordenaba la retirada a Torreòn.

  Era que Carranza había tomado una actitud hostìl y en vez de fomentar la prosecución de tan brillantes operaciones militares, que ya conducían al triunfo total se su popia Revoluciòn Constitucionalista, negaba el paso de carbón para las máquinas de los trenes villistas y hacìa sentir su resuelta mala voluntad y el celoso odio, por demás gratuito, que le profesaba al general Villa.

  Entonces el general Francisco Villa, en vez de hacer armas contra el que lo hostilizaba, obrò con la prudencia que el general Àngeles le había aconsejado y que la gravedad del caso requerìa, retirándose primero a Torreòn y después hasta Chihuahua, dejando así que Carranza y Obregòn cosecharan los frutos de sus victorias.

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