25 de Septiembre de 1493
Segundo viaje de Colón a América
Auspiciado nuevamente por los reyes
católicos y quienes alentados por el éxito obtenido en el primer viaje, han
formado una segunda expedición la que compuesta por 17 buques sale el día de
hoy. Hay que agregar que este nuevo
grupo expedicionario está formado por hombres de diferentes clases sociales,
eclesiásticos, soldados, labradores, artesanos, mineros, etc.
Se nombró a Juan Rodríguez
de Fonseca para que fiscalizase los preparativos de la nueva expedición. La escuadra se componía de 17 barcos y 1500
tripulantes. Hubo de escoger entre el
gran número de voluntarios que se ofrecían para embarcar. Personajes que posteriormente fueron famosos,
como Juan de la Cosa, Ponce de León, Alonso de Ojeda, el médico Diego Álvarez
Chanca, Michele de Cuneo, el padre del futuro fray Bartolomé de las Casas, Fray
Bernardo Boyl, que iba como representante espiritual del Papa y Pedro Margarit,
que iba como militar competente.
La primera finalidad
de la expedición era le de evangelización de los indios. El segundo objetivo consistía en establecer
un activo comercio con los indios, a base de mercancías enviadas desde España.
El 25 de septiembre
de 1493, la pequeña armada esperaba al rayar el día en la bahía de Cádiz el
cañonazo de leva que señalase el momento de su partida. Enfilaron con rumbo hacía las Islas Canarias,
mientras que una escuadra de guerra vigilaba el Puerto de Lisboa para impedir actos
hostiles. Colón iba en la nave capitana,
la “Santa María”, también llamada “Marigalante”.
El día 5 de octubre
anclaron las naves en la isla de La Gomera, de la que salieron el 7, teniendo
el tiempo en calma hasta el día 13. Al
amanecer del 3 de noviembre descubrieron los navegantes nuevas islas, que eran
las que forman parte del archipiélago de Las Antillas, que gira casi en
semicírculo desde el término de Puerto
Rico, formando una especie de barrera entre el mar Caribe y el resto del océano.
Anclaron en La
Dominica, y pasó a otra que llamó Marigalante.
Tocaron luego la de Guadalupe, llamada por los nativos “Turuqueira”;
navegó por la costa de la misma, desde el 10 de noviembre, hacía el noroeste;
dio nombre a las islas en el orden en que se le aparecían: Monserrate, Santa
María de la Redonda, Santa María de la Antigua y San Martín.
Descubrió otras
muchas islas de varias formas y apariencias y como eran tantas, puso a la mayor
del grupo Santa Ursula, y a todas las otras las de las Once Mil Vírgenes.
El 22 de noviembre
llegó Colón con la flota a la extremidad oriental de La Española (República
Dominicana” y al anochecer del 27 ancló enfrente del puerto de Navidad, nombre
que también llevaba la fortaleza allí construida por Colón en su viaje anterior. Los cuarenta españoles que habían quedado al
mando de Diego de Arana, habían perecido todos a manos de los indígenas por
querer aquellos llevarse sus pertenencias y a sus mujeres.
En substitución del
Fuerte Navidad, fundó “La Isabela” en honor de la reina, para gobernar lo que
era el primer municipio y población hispana en el nuevo mundo. Colón designó un consejo de gobierno, con el
padre Boyl al frente del mismo. A
Margarit le encargo la pacificación de la isla.
Por los últimos días
de 1493 cayó enfermo Colón, y hubo de pasar algunas semanas en el lecho. Poco después se fraguó en La Isabela una
conspiración de españoles que deseaban ya regresar a su patria, siendo jefe de
ella Bernal Díaz de Pisa.
Restablecido el
Almirante emprendió el 12 de marzo de 1494 una expedición a las montañas de
Cibao, de la que regresó el 29.
Terminado su informe , resolvió regresar a la Península Ibérica llegando
a la bahía de Cádiz el 11 de julio de 1496.
La arribada de Colón
coincidía con las preocupaciones de los reyes atareados con las bodas de sus
hijos Juana y Juan. El almirante, con su
vestimenta de color de hábito de fraile de San Francisco, sus indios
antillanos, sus objetos de oros, sus vistosos animales, volvía a ofrecer una
estampa, si cabe, más exótica y pintoresca que la que ofreció al regresar la
primera vez. Los Reyes Católicos le
escucharon con agrado y le atendieron comedidamente, aunque en la Corte existía
ya un partido anticolombino.
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