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miércoles, 28 de septiembre de 2022

EFEMÉRIDES MEXICANAS // Rafael Urista de Hoyos


28
 de Septiembre de 1821

Primer día de la naciente nación.

  El primer documento oficial emitido por la Junta Provisional no podía ser otro que el Acta de Independencia, que se redactó hoy durante el primer día de sesiones.  Omitiendo los primeros párrafos, dedicados a lisonjear inapropiadamente a Iturbide, el resto del texto afirma que, constituyéndose  del modo más conveniente para su felicidad, y con representantes que puedan manifestar su voluntad y designios, conformados en la autodenominada “Junta Suprema del Imperio”, esta nación se declara “soberana e independiente de la antigua España y, al mismo tiempo, plantea la voluntad de establecer mediante tratados una estrecha amistad con la ex madre patria. También se entablarán relaciones con las demás potencias extranjeras, todo esto de acuerdo con los lineamientos del Plan de Iguala y los Tratados de Córdoba.

  Así con fecha del día 28 se aprobó esta acta, rubricada por 35 de los miembros de la Junta, pues por razones que no se dieron a conocer, faltaron las firmas de don Manuel Sánchez Enciso, don José Domingo Rus y don Francisco Severo Maldonado.

  Este día el México independiente al fin comenzó a caminar su rumbo propio al reunirse los 38 miembros de la Junta Provisional Gubernativa. La selección de estos personajes la realizó don Agustín de Iturbide desde las sesiones preparatorias de los días 21 y 23, cuando también se establecieron los puntos que siguió el protocolo de la entrada del Ejército Trigarante a la ciudad de México y su presentación y acceso a la Catedral Metropolitana.

  Entre las funciones de la Junta está el reconocimiento, el análisis y la liquidación de la deuda pública.  Los representantes nacionales fueron elegidos conforme a los estipulado en los Tratados de Córdoba dejando a un lado los lineamientos del Plan de Iguala, dado que pertenecen a los cuadros de personas distinguidas de la nación, aunque no hayan tenido participación en la lucha independentista; los famosos “fifis” de aquel entonces.

  Mal vemos esto porque se dejó a un lado al pueblo mexicano y su lucha, no hay miembros que representen el perfil liberal que sostuvo los combates durante los largos años de la lucha libertaria, ni los intereses de los pobladores campesinos e indígenas.  Ojalá que esta circunstancia no sea un pesado lastre que impida el progreso de esta nuestra nueva nación.

  En su carácter de Presidente de la Junta Provisional Gubernativa, don Agustín de Iturbide encargó, como primer acto de soberanía, al licenciado don Juan José Espinosa de los Monteros, la redacción de un acta que fijase los títulos de existencia y dominio de la nueva nación mexicana.

  Como se verá el acta de independencia de Iturbide distaba mucho de parecerse a aquellas que habían dictado Hidalgo y Morelos, en estas se derramaban los conceptos políticos de emancipación de los esclavos y de la nación; en el acta de Iturbide reinaba el orgullo, la vanidad y la proclamación de los derechos como herederos que estos hombres tomaban en México, como una especie de hipoteca, pensando que la pelea de ellos y el triunfo de la causa, les da a los hijos y a los nietos el derecho de una hipoteca a largo plazo sobre la nación.  Todo ello resalta, como en los programas de Iturbide, su vanidad y su ambición que fueron las causas de su trágico fin.

  Se verá también en el acta de independencia del imperio mexicano, la ausencia absoluta de los nombres de los verdaderos insurgentes; ni siquiera aparece el de don Vicente Guerrero, a quien Iturbide debe la consumación de la independencia apropiada por él.  Este humilde luchador de la independencia quedó relegado en el olvido como todos sus demás compañeros.  Iturbide había hecho la independencia para los españoles, para que estos tomaran los puestos principales del nuevo gobierno y para los mexicanos, verdaderos guerreros de la libertad, se les dio el olvido.

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