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domingo, 25 de septiembre de 2022

EFEMÉRIDES MEXICANAS // Rafael Urista de Hoyos


25
 de Septiembre de 1877

Nacimiento de Plutarco Elías Calles

Semblanza biográfica.

Nace en Guaymas, Sonora, sus padres fueron Plutarco Elías Lucero y María de Jesús Campuzano; quedó huerfano a los dos años y pasó a vivir con sus tios María Josefa Campuzano y Juan Bautista Calles, de quien en agradecimiento adoptó su segundo apellido.

  Inició sus actividades políticas militando en el “Club Verde”, grupo de oposición al gobernador de Sonora Rafael Izábal.  Aunque fue partidario de Madero, no fue sino hasta 1912 cuando tomó las armas en su favor en contra la rebelión de Pascual Orozco, y posteriormente contra la usurpación de Victoriano Huerta.

  Al sobrevenir la escisión revolucionaria, se alío a las fuerzas constitucionalistas de Venustiano Carranza.  A principios de 1920 se unió a Álvaro Obregón en su campaña electoral para la Presidencia de la República.  Fue uno de los principales protagonistas del Cuartelazo que derrocó y asesinó a Carranza el 21 de Mayo de ese año, acaudillando el Plan de Agua Prieta.  Fue Presidente de la República de diciembre de 1924 a noviembre de 1928.

  Si la revolución mexicana hubiese dependido de la capacidad militar de Calles, hubiera fracasado.  En cambio, el revolucionario se desenvolvía con naturalidad en la administración pública y supo estar con los vencedores y escalar con paciencia la cima del poder.  Cuando los sonorenses se apropiaron de la presidencia en 1920, la experiencia política de Calles le permitió convertirse, literalmente, en el brazo derecho de Obregón y su principal lacayo. De allí al Palacio Nacional sólo mediaban cuatro años. Llegó con la intención de reformar, construir y sentar las bases institucionales del país que todavía se movía en las aguas turbulentas de la violencia.

  Su gobierno, sin embargo, fue de altibajos. Junto a la fundación del Banco de México o el de Crédito Agrícola, su afán reformador y su intención de aplicar el programa revolucionario hasta las últimas consecuencias condujeron al país a graves crisis políticas.  Con su ley del petróleo, surgido del artículo 20 constitucional, intentó someter al orden a las compañías petroleras extranjeras, pero el fantasma de un nuevo conflicto armado con Estados Unidos estremeció al país y decidió dejar las cosas en paz.

  Su reflexión y su juicio, muchas veces sensato, desaparecieron ante un odio inexplicable a la Iglesia Católica.  El hombre de la razón y el orden sumió a México en la sinrazón de la guerra.  En 1926 el presidente expidió la ley reglamentaria del artículo 130 constitucional, que establecía que el gobierno podía controlar el número de sacerdotes y los obligaba a ser mexicanos por nacimiento para ejercer su ministerio; recurriendo a una torcida y perversa interpretación del 130 constitucional.

  La reacción era previsible. Las autoridades eclesiásticas y los católicos repudiaron la ley, sobrevino la suspensión de cultos y el 15 de agosto de 1926 estalló la guerra cristera que se extendió tres años y cobró setenta mil víctimas.

  Con el país inmerso en otra guerra civil, los tiempos electorales sólo podrían agravar la situación.  Una reforma constitucional permitió a Obregón buscar la reelección presidencial y durante la campaña presidencial la sangre volvió a correr.  En octubre de 1927 sus opositores los generales Arnulfo R. Gómez y Francisco R. Serrano fueron asesinados por el gobierno callista instigado por Obregón, y el 17 de julio de 1928 le tocó a Obregón caer asesinado, el magnicidio del presidente electo, Obregón, se sumó a la ola de violencia.

  A unos meses de entregar la presidencia logró mantener la unidad revolucionaria e impulsó la creación del partido único, al mismo tiempo que anunciaba el fin del caudillismo y la llegada de la hora de las instituciones.  En adelante toda aspiración al poder debía ser canalizada a través del Partido Nacional Revolucionario, abuelo del actual PRI.

  A partir de entonces, Calles se convirtió en la figura política más importante de México, y si bien constitucionalmente no tenía la responsabilidad del poder ejecutivo ---que recayó en manos de presidentes títeres, en los hechos gobernó sin que nadie le hiciera sombra los siguientes seis años hasta que uno de sus protegidos, cansado de su indigno tutelaje, decidió expulsarlo del país acabando así con su dictatorial Maximato.

  Así las cosas, Calles fue expulsado del país por órdenes del Presidente Lázaro Cárdenas en 1936 al terminar su segundo año de gobierno.  Cinco años más tarde retornó a México por invitación del nuevo presidente Manuel Ávila Camacho.  Murió en la ciudad de México el 19 de octubre de 1945.

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