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miércoles, 14 de septiembre de 2022

EFEMÉRIDES MEXICANAS // Rafael Urista de Hoyos


14
 de Septiembre de 1848

La ciudad de México ocupada por los yanquis.

  Este día, víspera de la fecha en que México conmemora la iniciación de la lucha por la independencia, fue izado en el Palacio Nacional el indigno pabellón angloamericano, y aunque el Ayuntamiento había recomendado la mayor prudencia al vecindario, indignado éste al ver a los invasores, rompió fuego de fusil sobre ellos, durando la lucha todo el día.

  Scott mandó hacer fuego de cañón sobre las casas de donde salían los disparos, y aún ordenó que fueran voladas, y varias de ellas fueron abiertas a hachazos y fusilados sus moradores.  Al fin, al tercer día de ocupación, ces-o la lucha; pero el pueblo bajo, siempre que podía, asesinaba a los invasores.  El general Winfield Scott dio muestras de humanidad y acierto en aquellas difíciles circunstancias, otorgando garantías al municipio que quizá no hubiera concedido otro vencedor.

  Seis mil estadounidenses únicamente, ya que tres mil murieron o quedaron heridos en las batallas del Valle de México, ocupaban la capital.  Santa Anna, quien conservó la comandancia general del ejército, evitó enfrentárseles y marchó sobre Puebla ocupada entonces por quinientos angloamericanos.

  El ataque fracasó por haber desertado la mayoría de los soldados mexicanos y renunciando al mando del ejército se retiró casi sólo a Tehuacán.  Aparentemente quería trasladarse a Guatemala y para esto necesitaría pasar por Oaxaca, pero el gobernador del Estado, licenciado Benito Juárez, le prohibió pisar tierra oaxaqueña.

  En Tehuacán estuvo inactivo varias semanas, hasta que huyó cuando le avisaron que se acercaba un escuadrón de texanos deseosos de vengar las matanzas del Álamo y Goliad.  Anduvo escondiéndose por varias poblaciones, hasta que el 9 de abril de 1848 se le permitió embarcarse en La Antigua, Veracruz, por el gobierno mexicano de Querétaro, y trasladarse al exilio en la colonia inglesa de Jamaica. 

  El agresor sufrió mayores daños de los que podían esperarse dadas las debilidades de su víctima.  La guerra costó a los Estados Unidos 130 millones de dólares, una cifra astronómica para la época y circunstancias. Necesitó movilizar noventa mil hombres, de los cuales murieron en acciones de guerra doce mil quinientos y once mil por efectos de la “maldición de Moctezuma”, o sea la diarrea o la disentería.  En cuanto a las bajas de los mexicanos no hay cálculos confiables que permitan establecer el número de ellas, pero con seguridad que fueron muchísimas menos que los 23,500 gringos muertos en México.

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