8 de Septiembre de 1869
Nacimiento de Don José María Pinos Suárez.
Semblanza biográfica.
En el pueblo de Tenosique, Tabasco,
nace hoy el licenciado y político revolucionario José María Pino Suárez, el
hombre que diversas circunstancias llevaron hasta la vicepresidencia de la
República. Cayó asesinado con el
Presidente Madero, el 22 de febrero de 1913.
Poeta de vida
apacible, dentro de ciertas normas, ingresa a la historia de México, en su
martirologio (lista de víctimas de una causa),en la forma de todos
conocida. Don Francisco I. Madero, en su
gira por Tabasco y Yucatán, conoce a José María Pino Suárez, un abogado de
mediana edad, de origen humilde, y de reconocida honradez.
Años antes había
fundado un periódico para defender las causas de los trabajadores, esclavizados
en Tabasco y Yucatán, publicación que no tuvo larga vida porque los
capitalistas de la península le declararon la guerra a muerte; Los mismos capitalistas que años después, en
1926, decretaron el asesinato del líder yucateco Felipe Carrillo Puerto
mediante la compra de militares deshonestos y criminales; asesinato que el
cobarde de Álvaro Obregón reviró a los delahuertistas levantados en armas.
Madero simpatizó entrañablemente con aquel abogado poeta, más por lo poeta que
por lo abogado; y cuando es necesario lo llama para el cumplimiento del pacto
en que habían convenido. Se une a Madero en Ciudad Juárez, asiste a las
conferencias de paz y forma parte de su Gabinete provisional.
Ese hombre sincero,
honrado hasta el quijotismo, fue el escogido por Madero para substituir a
Francisco Vázquez Gómez que era un incondicional porfirista infiltrado en las
filas maderistas. Además de su carácter
de Vicepresidente se le confía la cartera de Instrucción Pública, en
substitución del licenciado Miguel Díaz Lombardo.
Desempeña ese otro
puesto con la hostilidad de algunos miembros del gobierno, inclinados a los
elementos conservadores y enemigos de los genuinamente revolucionarios. Su amistad y entendimiento con Don Gustavo A.
Madero fue invariable hasta el último día, igual que su fidelidad al
Presidente.
La noche anterior al
cuartelazo, Pino Suárez y su secretario particular, el poeta José Inés Novelo,
reciben la visita de Huerta, que en estado de ebriedad le da un aspecto
siniestro, va a semblantearlo y darle el abrazo de Judas. Pino Suárez que siempre tuvo el
presentimiento de su muerte, parece cadavérico, esquelético, con sus ojos más
hundidos que nunca en sus cuencas de sufrimiento, pero acude al cumplimiento
del deber. Muere acongojado por dejar en
la orfandad a su numerosa familia; y por una cruel ironía, para terminar con
aquel cuerpo endeble, en lugar de un solo tiro como a Madero, hay necesidad de
acribillarlo a balazos.
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